viernes, mayo 10

2 metros

Bueno... esa era a distancia entre su universo y mi mente,
la noche era perfecta, caminata larga y conversaciones graciosas

pero algo pasaba en mi interior, algo iba apoderándose de mi
y me dejaba inmóvil frente a su bella sonrisa.

En la cabeza miles de cosas que decir pero se atropellaban entre ellas,
como las grandes manadas que corren furiosas para cruzar un río 
lleno de cocodrilos, alguna vez experimentaste tales nervios?? ese "no se que decir o hacer" para que se fije en uno.

Todo el rato practicaba un "me gustas", "te ves hermosa en esta noche sin luna", "hace frío, me dejas abrazarte", "que ganas de besar tus lunares"... tan bajito que lamentablemente ella no pudo escuchar nada aquella noche. Enserio que tenía ganas de tomarla de la mano, de la cintura para no dejarla ir nunca.

Solo pareciera que sigo guardando las fichas para una apuesta que nunca 
voy a realizar o que me he vuelto todo un experto en frustrar mis propios planes; pero de algo estoy muy seguro, ella Sí vale la pena para arriesgarse
y quedarse con una ficha y apostar todo el resto sin miedo,
al fin y al cabo ya tengo la mitad de la posible respuesta.

Y la mitad de algo es siempre mejor que no tener nada.

"...los amores cobardes no llegan a amores,
ni a historias, se quedan allí.
Ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar...."


en eso tiene razón Silvio, es solo cuestión de tomar una fuerte bocanada de aire y enfrentar de cara a los miedos, quien sabe quizá todo termine bien y pueda por fin bajar velas para asentarme a un ladito de su corazón. 

y por qué quedarme con una ficha... es sencillo, para pagar el boleto de regreso a casa.

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