lunes, abril 26

Tiempo

Llevo varios días sin publicar nada, quizá estas letras sean las ultimas de este mes (que la verdad me fue peor que mal) volveré el próximo mes, no me extrañen (aunque nadie lo hace) sonrían y cuídense. Y a ti espero que donde estés y a donde lleguemos todo salga bien este año. Sonríe que siempre te queda bien cuando los haces

sábado, abril 17

El vomitante

La sensación no era nada extraña, ni siquiera lo fue al principio, fue como un simple vómito, normal, los músculos fuertes y el intestino retorciéndose para escupir por el esófago, lo extraño del caso era lo que caía en la cubeta al lado de la cama. La primera vez fue un sueño, algo extraño, se sonrojó cuando se halló vomitado y se cubrió la cara con sus guantes azules, palpó la cubeta y lo mojado, se salió, vio la ventana, y saltó al vacío. La segunda y tercera fueron similares, pero habían caído 2 o 3 sueños a la cubeta, el resultado era el mismo, acababan muertos en el macetero del vecino, ensangrentados y sin un zapato, pero con una mueca de risa en la cara.

Las siguientes ocasiones, que eran cada vez más frecuentes y más abundantes, empezaron a preocupar al sujeto, que de noche se hallaba preocupado por que no le llegaban sueños nuevos, y en la mañana seguía vomitando algunos viejos, cansados, pero entrañables sueños, cada vez cabían menos en la cubeta, que el sujeto acabó vomitando directo en la ventana, ahorrando a los sueñecillos expulsados la vergüenza del suicidio.
Para el día 20, el sujeto se halló vociferando en la ventana, la sensación de vómito era demasiado fuerte pero ya no salía ningún sueño, ni líquidos, ni voz, nada, el sujeto se fue a acostar sabiendo que ya no tenía sueños, y se dio a la tarea de soñar más, pero no pudo, ya no pudo, y con el tiempo empezó a olvidar, tiró la cubeta, tiró el colchón, y se dio cuenta que ya no quería dormir, no tendría sueños, ni tendría nada que vomitar.

Algunos restos de sueños todavía reposaban en un par de macetas que el perro había dejado sin revisar, y al día 40, un par de sueños empezaron a trepar lentamente hacia el cuarto del sujeto, que al descubrirlos, se los tragó, sin pensarlo, luego tomó un vaso de agua y se fue a dormir.

Al otro día el sujeto quiso vomitar, pero el par de sueños evitó a toda costa su salida, se tomaron del brazo y se aferraron fuertemente a una costilla, luego a una vena y luego a algo que latía en forma de corazón. Al día 41, hallaron al sujeto tirado en su cama, en posición de vomitar, una cubeta nueva vacía, los ojos vacíos, y la ventana abierta; un par de sueños corrían por el jardín del vecino presos de una alegría inmensa, corrían fuerte y de la mano, esperando que alguien, en algún lugar, los soñara, y ese alguien, no tuviera cubeta, ni tristezas, ni ganas de vomitar.

lunes, abril 12

Invisible

No hay imagen ni sonido hoy en esta casa,
sigue subiendo la gasolina, sigue parpadeando la luz,
siguen faltando plata, siguen sobrando apuros,
sobra ruido y faltan silencios, no de los incómodos,
más bien, faltan horas para sentarse a tomar café,
no hay imagen, hay paciencia,
hay luz, y estás tú, leyendo esto, aunque sin imágenes,
aquí siguen las letras, colgadas, de las uñas,
esperando a tus ojos, esperando que regrese algún sonido,
que regresen las imágenes, que regresen las alas.
Sin imágenes... dan más ganas de volar.

jueves, abril 8

Se fuerte

Con tu recuerdo en mis heridas con la razón que dan las yagas en mi piel y más que batallas perdidas. Me cortare los dedos para no escribir, me sacare los ojos para no volverte a ver y me cortare las manos para no tocar tu cuerpo y los pies para no seguirte donde estés -lo sé, no tengo más remedio-. Con el amor que no juramos con el espejo azul del baño con lo que tarda un día de abril, con el sudor que hay en mis manos con las mentiras que hasta hoy damos... quizá descansarás en otra piel mirarás quizá otro cuerpo quizá seas parte de otros besos quizá desnudes, ya, otro cuerpo quizá ni esperes mi regreso... por eso... hasta otra oportunidad... 

domingo, abril 4

Gaviria

Escucha o dispara de una vez...
tienes mi vida en tus manos...
que hago yo después?