viernes, agosto 30

Eras Tú


Deberíamos de prestarnos los labios cualquier día de estos.

Querida Luna:
Que te diré cuando mire tus ojos, si diez días sin ti son más que un siglo.
Que te extrañe como un niño que se perdió en la vereda,
y que lloré como un loco que encuentra lo que ha perdido.
Que me faltó tu sonrisa en los momentos felices.
Que me faltaron tus ojos al mirar el horizonte.
Que me faltaron tus manos cuando doblaba la esquina.
Que me faltó tu silueta en el medio de la noche.
Que te diré cuanto encuentre tu cara de niña,
que estuvo empapada en llanto como la mía.

Tal vez no te diga nada y te envuelva en un beso largo, cálido y callado.
Porque sé que tú, me dirás todo con una sonrisa.

jueves, agosto 29

Caminata larga y reflexiva


Sin ti no sé dónde poner mi cuerpo cansado,
mis manos extraviadas...
Si tú no estás no sé dónde poner los labios
pedazos de carne intrascendente sin los tuyos.
No sé dónde poner mis brazos sin ti a mi lado,
mis brazos huecos grandes de aire infinito.
Sin ti no sé dónde poner estos sueños...
no puedo poner mi futuro en ningún deseo ni sonrisas,
mis “te quiero”.
Sin ti solo se poner unos versos introvertidos, tristes
desahuciados en este papel olvidado.
Sin ti solo tendré un recuerdo recurrente,
un tren sin paradas hacia ningún país.
Sin ti esto será una soledad anunciada,
una trampa de amor auto recetada.
Sin ti me acabare la tinta de todos los poetas
y tendrás que matarte en mi deseo
si quieres que te olvide para siempre.


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Luego te cuento todas las historias de tus ojos.
Te hablaré de sus palabras y de sus silencios
de su valentía y de sus miedos.
Luego te cuento lo que hace tu mirada con mi cuerpo
todas las flores que nacen con tus ojos despiertos.
Luego te cuento lo que escriben en mi piel,
lo necesario que es tenerlos.
Un día sin ellos es como caminar en un desierto.
Luego te cuento de tus ojos,
de cómo miran a los míos,
de los cuentos que me regalan,
de cómo se guardan con mi beso.
De cómo no quisiera perderlos.
Luego te cuento, por ahora, prefiero verlos.
Tus ojos, esas dos lunas que cuando miran, 
me hacen ver lo inútil de los míos.

miércoles, agosto 28

Inefable

Mientras más grande es la pena... más cargado es el ron

No es el frío
el que me hace acordarme de ti,
y viceversa,
ya no sé
si es por ti por quien tirito
o si acaso es el recuerdo
de tu boca
lo más parecido al deshielo
que he sufrido
-mi boca está llena de cenizas
desde que no te beso-,
ya sabes que tú fuiste todo lo que venía después
de aquello que aun no había llegado,
una especie de tristeza lejana
que habitaba al otro lado
y que elegí frente a todas las sonrisas
-o quizá me eligió ella a mí-,
un carnaval de verbos
en distintos idiomas,
pero nuestra gracia era esa:
no coincidir
para que querernos fuera aun más arriesgado,
imposible,
y que así el éxito compensara las derrotas,
es decir,
todas las noches que no te besé.

Ahora se cuela una luz por mi cortina
que no acompaña a tu piel
y se traspapela con un puñado de bostezos que lo único que tienen de ti es el sueño que les robas,
y yo me escapo de esa batalla
y pienso que lo único que me faltó por hacer fue besarte por dentro
-me sobran las excusas
cuando se trata de tenerte cerca-,
besarte después de desayunar
para que se quedara en mi nariz
el olor a café de tu lengua,
llorar juntos por algún sinmotivo
para llevar la contraria a todos aquellos que rechazan las lágrimas
y después bailar,
una última vez,
un último baile,
leerte algún poema para dormirte
y escribirlo cuando lo hagas,
bajar al infierno los domingos
y gritarles a todos que la risa
también es romanticismo
y prometerte en bajito
con la espalda llena de balazos
que esta noche irá sin cargos.

Enseñarte el sonido de nuestros nombres 
una tarde cualquiera en una calle cualquiera
de una ciudad cualquiera
y que les den a los mortales,
llevarte alguna noche a casa
abrazada por la espalda
y darte por fin la paz que tanto clamas
y contra la que tanto luchas.

A veces pienso que lo que me faltó
fue declararte la guerra,
contemplar cómo te manejas con la ropa puesta
y el corazón desnudo,
retarte
en vez de salvarte,
reclamarte y exigirte cuentas,
pedirte que te quedaras
y morderte las dudas.
Tirarte por mis precipicios,
como tú,
y cogerte de la mano
pero solo al final.

Pero siempre
antepuse tu paz a todos los peros.

Ya sabes,
creo que el problema reside
en que no pienso en ti
sino en mí contigo,
y eso, pensar en algo imposible,
es como pretender olvidar
algo que no existe.




si existe una mínima posibilidad, prometo darte todo y nunca fallarte.



jueves, agosto 15

Conteo... (II)


4.
Hey, ¿te acompaño? Prometo quedar en silencio a tu lado hipnotizado de ti, mirándote, para siempre. ¿Qué dices? ¿Te secuestro? ¿Nos hundimos de tarde en algún sillón? Mira que si dices que si, salgo corriendo a hablar con los trajes que dirigen esa oficina tuya, a explicarles que te robo, que te llevo lejos, a cualquier lugar.
5.
Ya sabes, sin palabras, así como tu voz atrapada y amordazada.
A la luz de unos labios color cereza, se derriten mis sueños, mis ganas, mis imposibles alas delirantes de volar sobre ti. Gloriosos todos los días, sin duda: existes.
6.
Los silencios siempre vienen de la mano de los ruidos, aunque hay teorías que sostienen que sus divorcios suelen ser específicamente alarmantes, sobre todo, cuando los ruidos les urge el silencio y cuando los silencios ansían un ruidito que les dé comezón. Por eso, cuando hay ruido en la cabeza, es difícil atraer un silencio, es más fácil quedarse callado, que el ruido crea que no hay nadie en casa, y así, triste, se escurra por la ventana hasta que tú lo vuelvas a buscar. Ese papel de resultados que esperan, sea cual sea el veredicto, nunca será un veredicto final. Ahora entiendo el alboroto que significa pensarte cuando camino por el bosque de tu luz.

Te extraño Luna...

martes, agosto 13

Conteo...

Querida Luna...

1.
Creo que empecé a morir lento el día que vi una imagen tuya y me imaginé tu voz. Morirse lento es pensar en barreras de tiempo y blindajes de sueños, morirse lento es no ser la lengua que suba por tu ombligo hasta meterse por tu boca y le demos cien vuelcos a este mundo criticón. Morir lento es verte y ser invisible a tus caricias, a tus labios sin freno, a la imperiosa necesidad de amarte, o morir.
2.
No sé qué sea, la pared, el espejo, el brillo de tus ojos o la eternidad de tus labios lo que me ata a este mundo virtual. Y sigo encerrado y en contemplación de ti, invisible al tacto, al tiempo, a ti. Esta ciudad tan llena de lluvias me arrastra buscando tu imagen, y cuando la encuentro, lo demás, no importa, y el invisible ya no soy yo.
3.
Cuando quise dejar un recado que llegara a tus ojos, recordé que los humanos no podemos ver de frente a ciertos ángeles de luz. Soy invisible porqué es un “parasiempre” que no puedo cambiar; yo sé que la curiosidad por verte con estos ojos me va a matar un día a la vuelta de la esquina, pero a eso bastarían tus labios para volverme a levantar. Yo sé que alguien, a tu lado, tendrá la fortuna de ser la mano que se entrelace con la tuya, yo me quedo con el consuelo de visitarte en sueños, donde puedo existir para ti, y tú, diosa andante, atravesarás espejos y una lente vendrá a platicarme de ti, y la ciudad, primavera eterna, es solo el marco de mi imposible, de mi canción sin tus labios de mar.


miércoles, agosto 7

Luna

Ella era un delfín,
él un fiel marinero.
Nunca dijo "Te quiero"
ni ella dijo que sí.

lunes, agosto 5

Arrullando

Te llevo en mi como un accidente. 
Yo me prometí que me quedaría en tu jardín, 
que te daría motivos para reír. 
Perderé mi miedo si se trata de salvarte a ti.

Quiero conjugar contigo todos los verbos que acaben en ARTE.

domingo, agosto 4

Desvencijado

Todo este tiempo que te has ido,
me he tropezado en tu rastro, 
pero el humo no es nada que no haya visto ya.

Tengo la cabeza llena de polvo,
¿te veré pronto?
¿o seguimos adelante?.

Mi cabeza está sobre el agua
pero me estoy ahogando en tus ojos,
sé que tú lo deseaste por un tiempo
¿se supone que debo seguir adelante?. 

Se está poniendo difícil,
sientes el miedo, 
desearía que estuvieras aquí.
¿Te veré pronto o ya hemos pasado página?