miércoles, marzo 31

Ausencia

El mismo gran final la misma historia despertó, el mismo dame tiempo,
no es que seas tú quizás soy yo. Después el drama abierto sobre la sangre
del adiós diez días de silencio en duelo por un corazón.
El mismo sollozar mientras se ríe de mí el reloj que tuve entre las manos
Ella también se me escapó. El fin del tercer acto y a celebrar el cuarto error
de nuevo la paciencia socorrer por mí el telón.
A dónde vas a ir corazón con quien te vas a equivocar, en donde habrás de ahogar la voz con quien te toca morir por quien te vas a suicidar. Pobre de ti mi corazón. 
Ella tampoco fue tu paz como saberlo si el latido nunca ordeno dar marcha atrás.
Pobre de ti que no te queda otro remedio que aguantar
Pobre de mí la que me espera si no te llegas a levantar.
Pobre de mi corazón pero como iba a imaginar
que había un tercero en la batalla y peor aún que te iba a ganar.
Pobre de ti que ya agotaste la fuerza para recomenzar
vuelve de nuevo hasta mis brazos.

sábado, marzo 27

Incomunicados

Hoy mi esperanza siente que todo se pierde, somos dos culpables sin modales que se mienten. Hoy le pongo un alto sin pedir perdón la vida está en pausa y pido tu atención sé que nunca es buen momento de decirlo, he muerto en el intento y nunca se como pedirlo pero la rutina encontró salida exigió un respiro y ahora tengo que admitirlo me detuve a preguntarme si te amaba (y claro que te amo) hoy con la cabeza fría lo he pensado más de lo que te imaginas y hoy me voy de aquí sin ti. Perdona que el silencio hoy sea mi voz. 

martes, marzo 23

Tarde gris

En los ojos el vino y en la sangre una liviana ansiedad por un beso, triste monigote asomado a la noche coqueteando con la luna y su tristeza, su desolación. Imagen fija de caminos azules con lagos grises y escaleras verdes al fondo, ansias añejas que regresan con las maletas vacías y los cuentos amarraditos en un turrón.

jueves, marzo 18

Ya el aire huele a ausencia de ti

Ya el aire huele a ausencia de ti,

de tu perfume y de tus besos, que se fueron tras de ti,
y me dejaron aquí pensando en ellos,
pensando en ti...

Si es de noche, y la luna no me deja de ver,
y la lluvia me recuerda horas atrás, a tu lado,
volando en las alas de tu encanto,
pensando en ti...

Las cenizas de la noche fueron fiel testigo de las lentas agonías,
de las guerras y demonios vencidos,
de los brazos abatidos, las noches,
pensando en ti...

Tu andar me regala vida,
tu vuelta esparce amores y aleja al cierzo más de mí,
por siempre y por fin.

Mis manos se resbalan,
se duermen,
y me caigo en pinturas de corazones azules,
de escaleras que crucen tu camino,
sin querer la noche me ha llevado,
pensando en ti,
y cierro el libro de estos días,
entierro fantasmas y dejo en paz las armas,
aquí solo, de noche, pensando en ti.

sábado, marzo 13

La distancia

La distancia entre tu casa y la mía debe ser más o menos como de aquí a la luna. Al menos así se siente a veces, cuando se antoja un beso tuyo, ver una película colgado de tu hombro o volverme un ser diminuto que te recorra desde los talones hasta el huesito de la cadera que siempre te da cosquillas, dar vueltas por tu espalda y decirte un par de cosas sucias al oído, meterme debajo de tu blusa y buscar con los ojos cerrados tus ganas, ese pequeño mar donde por fin pueda ahogarme otra vez. La distancia entre tu casa y la mía a veces es inversamente proporcional a las ganas de besarnos, pero que le vamos a hacer.

martes, marzo 9

Quisiera

Yo quisiera platicarte de cuando tu ausencia se hace grande. Como ahora, ¿ya lo he hecho? Será que sí, pero insisto en poner a Clapton en el reproductor y ese blues me lleva de regreso a la primer noche que te vi. Yo quisiera platicarte de cuando me vienen esos recuerdos, aunque no sean del todo claros. Aquel lugar fue un buen escenario a pesar de los amigos que estaban medios borrachos, a pesar de los nervios y las pausas entre cada instante en que te veía y trataba de tener un tema de conversación, pero que iba a ser, si nos olvidamos hasta de la hora en que pensábamos quedarnos dormidos juntos, viendo películas cada uno en su habitación. Fue una de esas guerras que a todo mundo le gusta perder. Y al final la ganaron los besos, como siempre, la historia acabó siendo cursi y prometimos que la pasión iría creciendo como hoguera donde se queme al olvido por tanta herejía, y yo supongo que así fue, al otro día teníamos lunes y soles en el pecho, en eterna batalla, en eternas ganas por matarnos de nuevo, de nervios, y revivirnos de nuevo, de emoción.

viernes, marzo 5

Aprendizajes

Así que me he sorprendido hablando con la luna en el espejo. Allá del otro lado de las carreteras, el cielo se apresura a nublarse otra vez para venir a darme un beso de enamorados. La luna te cela, cielo, y nos vamos al mar de las caricias propias, de las mañanas de cine, café, abrazos, manos de la mano andando por algún boulevar, así nada más, y el tiempo se muere en su hechizo, en la añoranza de sernos útil para desenmascarar ganas, instantes, rasguños azules al alma, y me vuelco a la distancia, inevitablemente, para aprenderle a mis ojos las ganas de soñar otra vez, con nuevos comienzos, nuevas incertidumbres, besos eternos, antojos de colarme en medio de tu pecho, en medio de tu alma, en medio de tus pensamientos allá donde estés bajo la lluvia(sol) de hoy.

miércoles, marzo 3

Al fin

No basta enredarse con las letras para destripar estas ideas torpes,
hay que hacer más, como volar.
Así de cursis, ¿volar?.
Volar a ras de cielo, ¿por qué no?, volarse el cabello y volar los espejos en mil pedazos,
volar como quien huye de la peor de las pesadillas y llevarse la casa en las alas,
el baño, el lavabo, el piso y las escaleras, los ojos de los vecinos, la muralla de ladrillo,
las plantas y los ex jefes, los papeles, las firmas, las listas largas e interminables,
hay que hacer de todo para que llegue el día de hacernos el amor,
con todo y celos, sal y azúcar para volvernos rock, gitanos, bosque, buganvilias que sueñan con ser bonsái,
caricaturas de esas no aptas para niños que se tumben al sillón y aprendan a soñar al ritmo de tus caderas,
miénteme todo lo que necesites para saberte colgada de mi pecho,
de mi lengua,
de las voces que gritan al otro lado del teléfono,
de los aullidos en pasillos llenos de rencor,
la muchedumbre corriendo al vacío,
el pabellón atestado de nuestros peores sueños, la gripe,
el robo de la luna, el evangelio de tu piel, el apocalipsis que dicta el reloj,
no bastan las manos para vestirse de letrero del fin del mundo, te decía,
bastan las voces, que no se mueran, las miradas al filo de la calle contigua,
el bostezo del diablo, cuando sabe que le llegó la hora de despertar,
y dejarnos en paz, al fin.
Y morirnos en paz, al fin.