domingo, enero 31

Lunas rotas

Con estas lluvias no me alcanzan
las lágrimas para llorar,
y por más que grito y grito,
los truenos me gritan más.

¿Será que hoy si te extraño de verdad?
Hoy desperté con cierto sabor tuyo en mi boca,
¿Estuviste acá y ni siquiera me avisaste?
Debe ser, porque normalmente no destiendo tanto la cama,
tanto que la almohada está perdida y mi razón se fue,
lo chistoso de la lluvia es que yo vivo bajo techo,
pero eran gotas gordas y mojaban la ventana, los gatos y a mí,
por eso estuve acordándome cuando tus manos me lo daban todo,
por eso abrí los ojos grandes cuando desperté para buscarte,
por eso abrí las orejas para escuchar tus pies descalzos quejándose del frío,
pero creo que fue la lluvia la que vino y me hizo el amor,
o fue un sueño de aquellos de antes, de aquellos de locura sin control,
¿Será que no hubo lluvia y el huracán de la tele no ha pasado por acá?
No hay de otra, hay que arreglar esa cama,
con suerte, mañana despiertas a mi lado,
con suerte, mañana llueve para todos, gotas gordas,
gotas grandes, agua de ti.

lunes, enero 18

Cuando anochece

Amurallarse, es la única razón con sentido para sentirse bien,
y es que no hay más, mira luna, mira cuanto mar debajo de tu luz,
todo lo que intentas es arrancarle la piel a la tormenta cuando anochece,
nunca antes, nunca después,
y todo porqué más vale amurallarse antes que azotes en mil granos de poesía contra mi espalda,
para que jugarse la vida con un beso de luz,
con un dejo de oscuridad en los labios,
en las cicatrices de estas calles que se nos han vuelto mudas,
como las ventanas, ya sabes,
cada que se nos ocurre ver llover al sol.

viernes, enero 15

Amores

Para acceder al cielo, luego del inesperado vistazo bajo la falda de su diosa, era necesario cerrar los ojos y hacerle creer que había ganado aquella partida. Todo transcurrió en absoluta calma para el amante, el salto desde la ventana, correr descalzo sobre la brizna de césped, y tomar el primer autobús de la madrugada mientras los ángeles aún comenzaban a despertar.
¿Qué será de nosotros mañana? Susurraba al oído de su luz más bella, ¿qué será de nosotros cuando todos empiecen a preguntar por razón de ti, razón de mí, razón del cielo y del infierno, razón de la vida en la tierra, razón del vacío en el estómago, y la repentina caída de millones de estrellas al mar?
No lo sé - suspiraba Luzbel -, no lo sé amor.

sábado, enero 2

Lugar de tiempo que se escurre

Hay días completamente inestables. Inestables digo, en el sentido en que las voces en mi cabeza parafrasean a las que ya se han ido e insisten en tomar un cierto sentido de orden para convertir los días en un caos absoluto. Caos digo, en el sentido de brincotearse ideas y arrojar conjeturas a los abismos mientras yo trato defender la poca ganada cordura a través de los años. Son ciertas las suposiciones que hacen aquellos que me gritan desde adentro en que todo esto se ha puesto muy brillante, ¿les recuerda las paredes de un hospital no?, bueno, a mí no tanto. Es tan solo un gran pasillo, faltan las colchonetas, los techos amurallados para evitar la fuga de pensamientos, los doctores con batas tristes, las batas con doctores muertos, las enfermeras con risa falsa, y todo aquello que convierte al circo en un fenómeno extrañamente familiar, sin los payasos, claro. Total que hay días así que vienen y así como vienen no se van, se quedan, estáticos y mordiendo la yugular, si tú y yo nos ponemos de acuerdo en pintar de rebelión esta orgía torpe de letras, entonces que hará el otro cuando retome conciencia e intente restablecer su llamado orden dentro de este mundillo. Esas serían tonterías. Tan bien que se respira estos días por acá.