miércoles, enero 29

Cuento cursi de nubes y algodón

Se cruzaron las miradas y luego siguieron andando. Pasó un siglo antes que las dos nubes volvieran a pasar debajo del mismo cielo, y morada la tarde cruzaron los ojos otra vez. Ella se cubrió la sonrisa con una lluvia tenue, él supo que la había encontrado y desató una tormenta de azúcar contra la torpeza del mundo de los humanos, que alborotados salieron a danzarle a la noche pidiendo que la lluvia llegara al final. Las nubes se hallaron en playas descalzas y convertidas en rosa algodón, se comieron de ganas, se volvieron una sola nube de amor.

sábado, enero 25

Inefable

..solamente de esa forma, ella aceptó que él fuera. Renuente, asomó la cabeza fuera del mar y con manos en las cortantes rocas irguió su cuerpo de sirena para decirle adiós una vez más. El marinero remaba fuerte hacia el bote que se acercaba, volteaba de prisa y le gritaba ¡te amo! Ella reía y lloraba, y a sus adentros repetía: no volverá...


Aquel acantilado sollozó cuando el mago miró por última vez a su princesa, en el horizonte, los dragones caían muertos y el sol se hundía en la noche para ya no volver a ser luz, las montañas daban marcha atrás en su peregrinación anual a las estrellas, que caían en lluvia de lágrimas y azotaban la tierra convertidas en esmeraldas secas al viento, la nube de la princesa mar se alejaba en la distancia y el mago leía inútiles frases que la amarraran a esta dimensión… cuentan que el mar se alzó como un gigante y tapó el cielo y tapó la luna y tapó al mago con su calor, las flores caían muertas y los árboles se tapaban la cara ante la tristeza eterna de aquel adiós… Inefable dijo ella, y su voz de color se alejó para siempre, y el mago, con la pulsera azul entre las manos, cayó de rodillas y durmió en un campo verde, soñando aquellos besos por toda la eternidad.

Dicen que en aquella montaña, junto al mar, hay una roca que sueña y ríe, que todo lo que sueña es, que todo lo que sueña, es mar, que todo lo que sueña es ella, y que todo lo que sueña, un día será…

jueves, enero 23

Fin...

Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.
Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Este cariño triste, y apasionado, y loco,
me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,
y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.

Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.


"Poema de la Despedida" - José Ángel Buesa

sábado, enero 18

Ser noche y no comer estrellas

Salí de cacería por la lluvia de estrellas anunciada para anoche, tenía hambre y preparé una sartén (con teflón) y un poco de aceite, la lumbre lista y la panza ansiosa, con ganas de una estrella empanizada. Pasaron varias, más rápido que lo que me pongo triste y ni sus luces pude saborear, vino otra oleada y alcé la red y la mirada esperando mi fortuna, pero a ninguna la pude atrapar.

Desperté y de madrugada quise volver caminando a mi cuarto, pero las dos estrellas no querían soltar mis brazos, íbamos volando bajo y fuerte, ellas con una risa de fiesta y yo con el aire y el rocío en la cara, viajando hacia donde sea que van las estrellas fugaces, tuve que alzar los pies para no pegarle a unas montañas, luego ya no sentí los brazos y no sentí volar, nadábamos en el aire y éramos estrellas sin preocupación alguna, volando, nadando y corriendo sin otro sentir que el aire en las puntas de cada uno de nuestros destellos, íbamos más fuerte, esquivando montañas, esquivando edificios, esquivando sartenes, y esquivando ser estrella lista para empanizar.


miércoles, enero 15

Todos merecemos

Voy a tomarme esta botella de agua hasta reventar, y en espasmos de algodones azules elevarme al infinito y regar de melancolía el mundo, tristemente tirarme en cama y convertirme en mimo sin pintura, pero con todo el silencio de mis manos, del ayuno del alma y de las ganas del corazón por explotar en forma de papalote color vino, escurrirme por el cielo hasta ya no sentir, ya no extrañar y ya no ser yo, cazador de lunas, estrellas fugaces, y soles eternos e imposibles. Alzo la vista a la Luna, el viento dice que todos merecemos una segunda oportunidad, todos merecemos volar aunque seamos demonios con alas de metal. 

domingo, enero 12

00:01

No del todo, pero sigo despierto;
y estoy atrapado en esa sensación donde el cuerpo 

se permite viajar en el tiempo,
va y regresa con doble cansancio, como el de ahora;
y no del todo se detiene, sigo tan ensimismado con tu silueta en la oscuridad;
más bien, ahora, me concentro en soñarte a colores,
en soñar tu risa a gritos, en unir los lunares de tu rostro,
en soñarte una y otra vez rozándome el aliento,
te sueño, antes que se esfume mi infinita sed, de ti. 






No sé decir, no sé explicar,
ni sé escribir lo que eres, lo que somos,
lo que fui, lo que siempre serás…

jueves, enero 9

Simplemente humano

Me busqué todo el día y me encontré donde siempre, en el mismo rincón donde extraño y me disfrazo de pasado para pintarme de feliz. Extraño tu mirada metida en la mía y la música de tu risa. Extraño hallarme descalzo en ese bosque de nadie y hallar un chiste debajo de las mismas piedras donde un día fui a abandonar mi pasión. Extraña silueta que me he vuelto cuando me cuelgo de papeles y ausencias exactas que se esparcen detrás del naranja de la luz de la vela, el tapete de colores se roba las lágrimas que sobran y la cerveza disimula con sus olas doradas que mi corazón late buscándote a ti, en cualquier pintura de las que cuelgan en las paredes, y simplemente no te sabe encontrar. Me sostuve todo el día en una liga roja anidada entre una montaña azul y el mar, para hacerme la vida fácil en sábado contraté a otro elefante rosa y bailamos y reímos y matamos brujas de a mentiritas para hacerlas renegar, salí a la calle con las mismas botas y llegué otra vez hasta tu puerta, intermedio de película, olor a palomitas y refresco frío estornudado por una cicatriz, nadie que responda, la luz del cielo apagada, y me volví a saber solo y terco, estúpido más bien, extrañando fantasmas y sirenas, nada extraño que me vuelva a pasar. Simplemente humano, con el corazón colgando de un sol incendiado, tarareando una balada triste y preguntándose que pasó con el amor, que pasó con la tarea simple de volverse a enamorar, y estupefacto ante la idea de ser un sueño absurdo que se despierta y se esfuma de si mismo, y va y se decide a recostarse sobre la piedra de sacrificios, corazón hundido en la duda existencial de ser ángel o demonio; ahí viene el cuchillo de piedra, el dios sol tiene hambre, mi corazón se escurre pirámide abajo y mis ojos llueven, con ganas de ya no amarla más.

domingo, enero 5

Knock-Knock-Knocking On Heavens Door...

...y es que el cuarto se ha quedado a oscuras. Primero el olor a quemado y después esa ausencia que me pesa, afuera la luz en el pasillo se pinta de verde, una esquina presagiando la noche y la cama invisible en lo negro sirve de mesa a la ventana que se dispone a cenar tristezas. Quise pensarte, imaginarte un rato como lo he hecho costumbre, y ahí estabas como siempre, perfecta, lo chistoso es que no estaba yo, no pude ver mi cara ni mis manos ni mi risa, no estoy, solo tus pasos perfectos y a tu lado, no me logro imaginar, debe ser que es de noche y esta terca depresión se ha instalado a acampar sobre mis hombros, no se ve nada, y es que el cuarto se ha quedado a oscuras. 

viernes, enero 3

¿Lo notarías?


¿Lo notarías? Si vas caminando por la calle y el cielo se ha pintado de color marrón. Y llueven besos amarillos que mojan de rosa al bosque azul. ¿Lo notarías? Quizá cada día sea más común andar con la cabeza hacia el abismo, y dejar los sueños de lado hechos jirones junto a un montón de basura que el camión ni siquiera recoge por que los trabajadores se han puesto en huelga de poemas. ¿Lo notarías? Si te levantas y tus calcetines han escapado para siempre de tus pies, y te vas descalza por que tus zapatos lloran y las plantillas se han cortado las venas y ahora sufren en la cama de un triste hospital para malos pasos descarriados. ¿Lo notarías? Si dejo un beso pintado de violeta colgando en la orillita de tu colchón. Después de pasar la noche en vela pintando de colores tus suspiros, y delineando con gris naranja las sonrisas que se escapen de tu boca. ¿Lo notarías? Cuando tus besos de colores hagan una marcha directa a mi corazón y tú solo te enteres por las noticias, y vengan por miles a buscarme y tú sigas atrapada en alguna almohada de imposibles sin principio ni sol ni yo. ¿Lo notarías? Si mañana no amanezco más haciéndole poemas a tus manos, a tu piel escurridiza que se pinta de rojo al son de mordidas en madrugada, y mi espalda pega gritos sepias que llegan directo al escritorio de quejas para ilusiones cercenadas, y partidos de fútbol que se extienden por días por que una mosca se enamoró del balón, y se lo llevó volando al mar. ¿Lo notarías? Si dejo de mandarte besos de colores con la luna, y dejo de pensarte tan bonita como la cámara burlona insiste en señalar, y me esfumo en mil confetis que se divierten en sube y bajas en el parque, olvidando la razón de ser yo, y amarte en tanto silencio a gritos, desde que soy gris, hasta que con el calor del día, empiezo a besarte en colores de utópica (pero hasta cierto punto divertida) pasión.