sábado, noviembre 30

Las tres del sábado

A la luna
No te enamores de mi porque me asusta no tener donde guardarte Luna, me asusta quedarme ciego con tu luz y llenarte de besos como si fuera la primera vez, y de mañana, cuando te vayas, bajaré a baldazos al sol del cielo, para verte salir otra vez, y con la noche de cobertor, jugar a los amantes mientras apagamos una a una las estrellas, y dejamos un rastro de los pies mojados, de tu pelo y tus manos y las risas y los besos en los hombros y las cartas en donde te explico la manera en que te he extrañado tanto en esta jaula de letras virtuales.

Lo que hace falta
Lo que hace falta es que la cáscara de la soledad sea menos dura, poder pelarla y sacarle las ganas atoradas y los besos con sueño de fuga; que las ranitas de papel brinquen alto y caigan en los techos de las casas y pinten de colores la vista de las nubes; que las calles se hagan ríos en las ciudades y el palacio de gobierno se convierta en lago con un monstruo tímido que se aparezca cuando los niños le avienten pedacitos de pan desde la orilla; que en los pies nos salgan alas y las flores regalen su olor en las esquinas de las casas más pobres de por acá; que tus manos se salgan de mi sueño, las distancias sean segundos y la sed de besos no se acabe con suspirar; que la tristeza sepa a caramelo y la gente crea en escaleras de palomitas, rumbo al cielo y sin escala en la mitad de calles y andenes en espiral.

Sol necio
¿Será cierto? El lado cursi del Sol se viste de cielo y con un rebozo de nubes busca Luna para hipnotizarla y comer de ella. Pedazo a pedazo las demás estrellas se contagian de las nuevas ansias de ganar el primer lugar en un concurso de poesía coral de soles, con el infinito como tema principal, y de jueces, el mar eterno, el viento nocturno y los bosques más viejos de la tierra.

El tragón Sol no llegará a tiempo al concurso por andar buscando a la Luna, que asustada, huye como luciérnagas temiendo ser embarradas en la noche, y brillar nomás un rato para otro astro-sol lejos de su universo, terco Sol que aún no entiende sobre las diferentes fases lunares. 


jueves, noviembre 28

Quiero

Son las cinco de la mañana
estoy en estas cuatro paredes, de nuevo,
aquí lo único que importa es la lluvia que arde
como solo puede hacerlo en los poemas.
Alguien debe devolverte el hambre, mi amor,
para ver de nuevo tus manos hermosas
ensuciándose con el barro de la ciudad.
Te imagino durmiendo,
así como lo haces, boca abajo, inquieta
y casi despierta.
Adivino los caballos que corren bajo por tus parpados
no sé si llegan a algún sitio
o solo corren por no huir,
acaso hay diferencia.
Imagino tu voz de costa a gota
preguntándome en voz alta
-“No”-  me respondes
y sonríes,
y sigues corriendo
y me miras y sigues corriendo.
Ojala nadie te dome, mi vida,
ojalá nadie lo haga nunca
y si lo intenta,
recuerda que el paisaje esta en tus ojos.
Quiero preguntarte adónde vas
cuál es ese lugar
que nadie excepto tú alcanza,
ese sitio que te habita y al que acudes
cuando dejas de comprender el tiempo.
Siento que te espera allí tanta nostalgia,
que te ruego que lo cuides
que guardes la llave
que abre tu pecho  
en un sitio que nadie conozca
y nunca, nunca dejes que nadie te prohíba escucharte,
es importante que existas en más de un sitio a la vez.
Hay ruidos que habitan con nosotros
que se hacen hueco en el silencio,
ruidos a los que nos acostumbramos y dejamos de escuchar
quiero pisar la lluvia con mis zapatos y decirte
que una huella no es más que el camino de vuelta a casa,
quiero pisarla con tus botas de invierno
llenar mi asfalto con tu verde,
convertir todas las carreteras en sitios
donde tu otro yo y mi otro tú
se encuentren y se reconozcan.

domingo, noviembre 24

Vuelve

Vuelve sirena, a mis sueños que dejaste para volver al mar,
vuelve hoy, o mañana, vuelve sin hacer ruido,
cuélate en mis sueños, o a mi vida, sin que nadie diga nada,
quítame la cobardía de escaparme al sol contigo,
quítame las lágrimas por estar sin ti,
conviérteme en eternidad de aire junto a ti,
elévame contigo, pero vuelve, y caigamos juntos, de regreso al mar.



Si te miro siempre estoy justo donde quiero estar.

jueves, noviembre 21

Sonríe Luna

Es raro escribirte desde un lugar
en el que tú y yo ya no estamos.


Los días han pasado,

y he aprendido varias cosas que ya nunca
podré contarte
porque aquellos que fuimos ya no responden
nuestras preguntas,
pero aún soy capaz de escuchar el eco
de tus pisadas sobre mis manos
y eso es casi igual de extraño.

Quisiera hablarte de mis miedos,

dejar a un lado el ruido y apoyarme
de sobre tu espalda,
preguntarte si tu pelo sigue siendo igual de suave.

Quisiera saber quién eres ahora,
si queda algo de la mujer que me encontré
cuando yo apenas comenzaba a vivir,
si encontraste al fin un hogar que no te apretase tanto,
si me recuerdas al cantar en voz baja,
si aún te estiras y calientas antes de salir a bailar.

Tú y yo ya no somos nosotros,
pero seguimos siéndolo en el sitio
al que acudo cuando tengo frío
y buceo entre mi memoria para encontrar
algo que me abrigue,
y así, como la vida cuando nos cuida,
me doy de bruces contra algo tuyo:
una canción que como un relámpago
parte mi cuerpo en dos.

"no hay nadie más".

Ya nadie conocerá nuestra historia.


lunes, noviembre 18

Mozart y la Ballena

Porque el tiempo sólo existe cuando hablas conmigo,
cuando me sueñas,
cuando gastas tres segundos para timbrarme.
Yo sonrío,
ahí el tiempo existe 
porque tú existes todo el tiempo,
en mí.

Y si me explicas y no te entiendo,
si te entiendo y no lo entiendes,
si lo entiendes y me quieres
y me quieres y aún no entiendes porqué, 
Seguimos siendo tú y yo
y esto no entiende de razones ni porqués.

sábado, noviembre 16

cambio y sueño

Ella es
imperfecta, 
increíble,
valiente,
sensible.
Un oasis
en el asfalto,
una mano
entre la gente,
un susurro
entre el silencio,
el motor
de mis palabras,
la sonrisa
del recuerdo,
la estrella
de mi camino,
el río
contracorriente,
mi fuego
más contenido
y mi amor
mas inocente.


ayer soñé que en tu interior había una ventana y entraba yo era feliz, brillaba con tu luz

jueves, noviembre 14

Nadie Más

Hay palabras que no necesitan de nosotros
Como: ventana, espejo o infierno.
Hay momentos en los que necesito de ti,
cuando sonrío, cuando cojo autobuses, cuando vuelvo a casa.
Vas a despertarte, la tierra tiembla, te espera,
hay miles de ojos esperando tu voz
como un abrazo por la espalda.
Hay miles de ojos esperando tu palabra,
la tierra tiembla, mi amor,
te espera, vas a despertarte 
y pienso en lo que nunca te diré
porque no hace falta...

Tu aún no lo sabes 
pero mi silencio esta de tras de tu música,
te acaricio, acudo a tus tormentas.
Yo te espero, te despiertas,
te miro y me silencio...
Te quiero con el futuro de todos los amores,
cuéntame lo que hay más allá de tus canciones.


"Recuerdo aquel día como si fuera un hoy 
No hay nada como ella, ni siquiera me encontró 
Recuerdo todavía la vez que la besé 
Fue mi primer amor y ahora escribo su canción..."

jueves, noviembre 7

Todo el día


Hoy el día (todo) fue música, 
tu risa en mi cabeza y la música sonando fuerte y sin parar, 
hoy la noche es (y será) música, 
será tu risa y tu música sonando fuerte y sin parar.

¿Hay que dar gracias al viento por detenerse de vez en cuando, y ser solo brisa tenue y sonrisas eternas? No lo sé, no creo que haya forma de agradecerlo, más que bañarse en él, y aprovechar cada roce de sus alas, antes que la mañana nos sorprenda, y la primer luz del sol nos convierta en gota de rocío, indefensa, cayendo, queriendo ser viento otra vez.

Gracias viento.

martes, noviembre 5

Eureka

Cuando el minotauro halló la salida, el laberinto parecía haberse derrumbado años atrás, las plantas eran polvo y la lluvia era un bosque, no había caminos hacia el pueblo como siempre imaginó, y no tuvo recibimiento de héroe como soñó alguna vez, simplemente despertó y de pronto todo era luz, una lámpara lo miraba desde lejos y las paredes se veían pintadas de siluetas infantiles que sus ojos viejos no entendían ni podían percibir, el suelo algo blando, color casi azul, alfombra extraña y unas cajas de cartón. La figura de dos metros se alzaba hasta el techo y los ojos rojos eran volcanes, bramidos lentos, apretó las garras y volteó presuroso cuando el niño dejó caer su libro de cuentos en un rincón cerca de la cama. El monstruo caminó lentamente y el hocico se abrió en espera del primer alimento en cien años. El niño en pijama y descalzo, con la cara blanca y los ojos grandes, solo atinaba a murmurar: funcionó... funcionó...

sábado, noviembre 2

Salto al vacío

Dispuesto a lanzarse al vacío, el diminuto escarabajo poeta se deslizó por aquella carretera con el bosque de audiencia, su navecita roja seguía a perfección las vías y él asomó la cabeza a la ventana listo para el salto mortal. Las patas bien agarradas de la orilla del vidrio, la camisa aquella que tanto le gustaba ondeando como estandarte de un adiós, y el pequeño paracaídas bien ajustado a la espalda. Al grito de ¡aleluya! el escarabajo brincó a la nada, las alas no se abrieron y el artilugio flotante de emergencia no sirvió; acabó aplastado entre dos pinos que le miraban con la risa contenida y una ardilla moría de burlas tras el fallido suicidio del bufón. Aún más dispuesto, y ya menos apachurrado luego de darse un chapuzón en el rocío, retomó el camino y vio perderse lejos su navecita roja que silbando corría hacia la libertad. Ya le alcanzaré y lo intentaremos de nuevo, dijo el poeta; alzó el vuelo y con la mirada sorda comenzó el nuevo plan para matar de una vez por todas aquella maldita depresión. 

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jodido Leonel, tuvo que entrar a mi casa con esta canción
"Mejor, me ausentare por un tiempo
hasta que sienta que el viento
dejo de hablarme de ti
mejor no recordare tu cara
porque el dolor nunca para
cuando me acuerdo de ti.
Mejor no pregunto a nadie con quien estas
no creo poder soportar una heridas mas
y una herida más..."