jueves, noviembre 21

Sonríe Luna

Es raro escribirte desde un lugar
en el que tú y yo ya no estamos.


Los días han pasado,

y he aprendido varias cosas que ya nunca
podré contarte
porque aquellos que fuimos ya no responden
nuestras preguntas,
pero aún soy capaz de escuchar el eco
de tus pisadas sobre mis manos
y eso es casi igual de extraño.

Quisiera hablarte de mis miedos,

dejar a un lado el ruido y apoyarme
de sobre tu espalda,
preguntarte si tu pelo sigue siendo igual de suave.

Quisiera saber quién eres ahora,
si queda algo de la mujer que me encontré
cuando yo apenas comenzaba a vivir,
si encontraste al fin un hogar que no te apretase tanto,
si me recuerdas al cantar en voz baja,
si aún te estiras y calientas antes de salir a bailar.

Tú y yo ya no somos nosotros,
pero seguimos siéndolo en el sitio
al que acudo cuando tengo frío
y buceo entre mi memoria para encontrar
algo que me abrigue,
y así, como la vida cuando nos cuida,
me doy de bruces contra algo tuyo:
una canción que como un relámpago
parte mi cuerpo en dos.

"no hay nadie más".

Ya nadie conocerá nuestra historia.


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