miércoles, julio 31

11:13

supongo estás cansada, 
buenas noches Luna

Tal cual, estoy que rozan mis pies en la orilla de un precipicio (no tan poético como el de Arreola), pero si tan abismal como el desamor en sí. Sucede que hay etapas en las que uno recuerda y se inmiscuye en atrocidades bíblicas de recuerdos, luego viene la cordura, la calma, pero igual, nunca la paz. Voy a decir sencillamente que hoy no amo, ni quiero, ni soy. Pero si siento, desgarro y vivo de tus cartas, tus besos, hundirme en tu pelo negro, imaginar el aroma de tu cuello, abrir los ojos y saberte ahí dormida, arquear la espalda mientras juegas con letras, darte la mano despacito por la calle, tu risa vibrando lejos, tus pies caminando despacito, tus gritos azorando la noche, el oasis de tu piel, aquella isla donde vives, andar por nuestras calles de césped, nadar en tu mar, las letras perdidas para ti en mis poemas y tus ojos, que de repente se asoman y se acuerdan de cuando no me quisiste querer, pero igual, resultaste enamorada de este sencillo escarabajo azul. Ahora bien, la orilla no es nada resbalosa, pero uno suele hacer cara de malabarista cernido sobre la guía de alambre y hacer como que se cae, como que no se cae, a fin de cuentas, uno quisiera siempre evitarse el porrazo. Ya no estoy tan seguro, sería mejor, más sano y menos cuerdo dejarse caer, olvidarse de cuentas de banco y cheques de amor, pagos por himnos de olvido, canciones lentas de vino y mal humor, y caer tan solo hasta que la pared se sincere con la luna. Suele suceder que a esta hora, me pienso en tu boca imposible. Tarareo alguna tonada que te agrade y pretendo no estar demente y poderte acariciar. Letra etérea me tumbo en tu vientre y pienso en el porvenir, el librero mudo, polvos de cielo perdiendo la fe, y a la mesa, dios y el diablo de nuevo, preguntándose cuando repartiré la siguiente carta y a quien le daré el favor de perderse en mí, quizá a ninguno, quizá a ambos para terminar frenéticamente en desenfreno de cielo y sol, las alas no secan, los ojos no caen y los pies no resbalan al abismo, que se cansa, también, de esperar que abra los ojos, de una vez por todas y resbale a la nada que de por sí, cada noche invoco antes de irme a dormir. Voy a soñar sencillamente que hoy no extraño, ni pienso ni soy. Pero si escribo, dibujo y vivo de una tarde donde tu risa era la puerta del cielo. Ya casi nada evita que me vuelva loco de imaginarte, ya casi nada evita que te piense, sin existir tú, sin existir nunca yo, en ti.

martes, julio 30

Incluso en estos tiempos

Me doy cuenta, que incluso en estos tiempos, hay gente que va por la calle sin imaginar que salta precipicios al bajar de una grada, que la cajera es en realidad un vampiro maquillado para vivir de día, que las señoras en la fila del bus son unas brujas que comen niños en pan dorado, nomás por el puro placer, que los carros son navecitas de colores y que esta gran pecera se rompe cada noche y al otro día acabamos todos tirados sin poder respirar, luego, despertamos y nos acomodamos los pulmones al nuevo sol; yo no sé por que a veces, cuando camino por la calle, me pienso muy pequeño del tamaño de una hormiga, y me asustan las bolsas de las mujeres y me asusta enamorarme de su olor, pero sigo andando lento viendo que el mundo sigue loco, y que alguna que otra gente todavía imagina ogros dando vuelta por la esquina, o extinguidores del tamaño de la luna que nos apagan la aburrición, o duendecillos hechos tinta de colores, o flautistas de pelo largo que nos guían como ratas fuera de estos caminitos, fuera de estas ganas de volverme no sé que.

sábado, julio 20

Somos...

...silencio, ¿lo notas?
somos carne viva,
heridas, pasión,
¿pero que somos, Luna?
Estamos agotando los minutos, ¿lo notas?
gastándonos los segundos, los días, las horas,
el mar,
dios, el mar eterno en un vaso de agua y yo sin ti,
tú, luz en la ventana,
tú, camino vigía desde mi sur hasta mi norte,
y terminas allí, descansando entre mis nubes
¿qué somos sino amantes?
aún en la distancia,
aún sin tu piel aquí,
sin tus manos en mi brazo, en mi cuello, en mi barriga,
amantes,
o dioses jugando a plantar cometas,
somos la eternidad,
somos la necedad,
las ganas,
somos aquello que se prohíbe en los libros, ¿lo notas?,
aunque no sé qué tan trillado esté amanecer con un amor imposible en el pecho,
y citar a Sabines, a Benedetti,
al faro donde converge tu luz con mi sombra,
y un invitado que se parece al diablo y que nunca se sienta a la mesa a cenar,
¿qué seremos mañana?
¿qué te soy?
¿qué me eres aquí en la palma de las manos, en mis codos, en mi espalda?
mira que agoto respuestas,
mira Luna, que somos un puente,
nostalgia y abandono,
amor y ternura,
suicidas atravesando el mundo en una cáscara de bosque,
y no hay acantilados,
ni agujeros mágicos,
ni maravillas,
cuando cierro los ojos y caigo,
solo cuando sueño
y te vivo y me vives
y me extrañas y nos extrañamos y nos amamos y nos queremos quitar las ganas de abrazarnos apenas nos veamos uno al otro,
y luego, abrazarnos otra vez,
quererte, nomás,
acariciarte así toda chiquita,
acurrucarme ante ti,
ser un caballero que te cuida,
y tú mi diosa,
y preguntarte ¿qué somos?,
¿cómo está eso de que estamos soñando?

jueves, julio 18

Recordando

Entonces, como te decía,
mis ojos me insisten en soñar aquel instante

de aquel beso de madrugada y a escondidas
¿Nos grabaron en cámara lenta?.
Ayer, luego de ir a tu rescate,
hiciste un espacio para verme un rato
fue un cielo detenido mirarte ahí,
y todavía te diste el tiempo
de echarme una mirada
que despejo todas mis dudas
¿Cómo no me iba a enamorar?
Hoy lo venía recordando,
y me sorprendí contando las horas,
otra vez.

sábado, julio 13

De una semana a otra

te fuiste en el momento en el que decidí salir a buscarte,
al menos te hubieras despedido


A veces miento,
la leo en palabras que hacen llorar mis ojos,
y vuelvo a decirle que la quiero,
luego acaricio su imagen,
y me como su foto fija virtual y fría,
y vuelvo a decirle que no la puedo dejar de querer,
a veces me enojo y juro irme para siempre,
pero vuelvo siempre con los mismos pasos,
la sé lejos y me sabe cerca pero rondando,
vuelve siempre a correrme con palabras secas,
y sin darse cuenta,
y sin darme cuenta,
ya me dolió y me fui,
me voy en espirales y agonía,
rascándome las ganas y odiando su humedad,
tiro dos o tres recuerdos en el camino,
me veo al espejo,
y juro que esta vez no voy a regresar,
esta vez me duele más,
esta vez la he dejado de pensar,
esta vez la olvido,
nunca la quiero ver más...

Pero insisto, a veces miento,
me hace falta verla caminar.



jueves, julio 11

Querido diario...

Querida Luna:
Hice trampa cuando me enamoré de ti,
llevaba tu nombre tatuado desde antes, aquí,
hice trampa desde el día en que te conocí,
te debía mil besos en el cuello y juro que te los daría todos, ahora mismo,
hice trampa queriéndote un poco más que tú desde aquel día,
ansiaba cada segundo besándote la espalda,
hice trampa cuando juré no confesar este amor por ti,
me robé tu imagen y la dibujé en la luna,
y desde entonces te miro cada noche,
y te espero todas las mañanas aunque no estés,
o nunca regreses, a este aquí, de mí, sin ti.


Su mano en mi rostro
refleja la vida que quiero


lunes, julio 8

¿Dónde te encuentro?

Todos los Besos que no te di,
están en mí como una cicatriz del corazón


A veces cuando te miro
quiero también soñarte en el futuro
No me refiero a esa edad de las bocas desdentadas
y mil hebras de piel pendiendo de nuestros cuerpos
No sé si el amor algún día
pueda ser más largo que el olvido
Me refiero a un futuro simple y cercano
Tal vez un año, un mes, un día
No importa el tiempo que me concedas
puede bastar con un segundo
Un segundo será suficiente para mirar tus ojos
y tatuar esa claridad en mi memoria
Un segundo bastará
para atrapar tu sonrisa entre mis labios
para desprender mis redes de luz
y perseguir tu aura
Un segundo para que mi deseo
pueda traspasar tu cuerpo
Un segundo
para que toques mi sueño

sábado, julio 6

Cursiva al viento…

De nuevo yo


Si supieras de las ganas de Besar tus pies, llevar mi sol por tu espalda y dibujar tus labios con mis dedos, para oírte gritar que me quieres, que me quisiste alguna vez; si supieras las ganas de besarte el alma, ser tu sudor y quitarte todos los miedos de encima, si supieras, te abrazarías a la noche igual que yo... te derretirías en mi boca de nuevo, me iría loco a buscarte al mar, de nuevo, yo. 


Lejos 

Y me despiertan tus labios, imaginados, tendidos a veinte centímetros de mis sueños, trazo despacio un beso para lanzarlo al vacío y se desparrame en ti, mientras tu ensueño te lleva lejos, para abrir los ojos frescos cuando mis labios caen cerquita de tu mejilla, y te vives en una montaña, y yo me duermo en el mar, lejos, pensando-te. 


Ventana

Yo creo que esta ventana donde te saludo cada mañana existe hace mucho tiempo atrás. Es mi vicio, mi cordura, mis ganas de volverme sueño y volar por ti. Es tu voz, tus manos, tus pechos dándole razón a este loco para existir. La ventana, el saludo, estas historias tercas en venirse tejiendo para nosotros, aún cuando no sabíamos que iniciaron desde antes y sin darnos aviso alguno. Aún cuando sabíamos que era inevitable amarnos a través de una ventana, cruzarla, enamorarnos, y por fin, vivir.

jueves, julio 4

Vamos

... a pintar la luna de azul, 
y obligarla a tocar guitarra mientras le doy un beso a tu cuello, 
mientras tu cantas esa tonada que sabe a lenguas enroscadas, 
y el aire vouyerista que se asoma en la ventana y medio se queja de su poco placer. 

... a rociar la noche de caricias, 
vibrarnos las almas y hacernos pedazos con las uñas, 
con los pies descalzos por el bosque de tu noche y una orquesta tocando un vals, con hojillas de un árbol de esmeraldas atascándose en la coladera, 
asustando a los reflejos que se escurren por tu piel. 

… a dejar que la música nos lleve a un placer de colores, 
seamos playas sin arena y siendo mares comiendo paz, 
seamos gatos acostados enfrente de una chimenea de humo sabor caramelo, 
con la ropa colgando del techo y la cocina oliendo a jalea y pan, 
y las bocas llenas, y los brazos amarrados por detrás de ti, detrás de mí, detrás. 

martes, julio 2

Hoy

Hoy no tengo ganas de ser yo mismo.
Hoy me refigio en un buen amigo, compañero de madrugadas con insomnio.
Algo extraño está pasando, afuera el cielo aparece nublado pero la lluvia a dominado la habitación. No hay peor desgracia que extrañar lo que nunca paso.


La otra copa del brindis
Al principio ella fue una serena conflagración
un rostro que no fingía ni siquiera su belleza
unas manos que de a poco inventaban un lenguaje
una piel memorable y convicta
una mirada limpia sin traiciones
una voz que caldeaba la risa
unos labios nupciales
un brindis
es increíble pero a pesar de todo
él tuvo tiempo para decirse
qué sencillo y también
no importa que el futuro
sea una oscura maleza

la manera tan poco suntuaria
que escogieron sus mutuas tentaciones
fue un estupor alegre
sin culpa ni disculpa
él se sintió optimista
nutrido
renovado
tan lejos del sollozo y la nostalgia
tan cómodo en su sangre y en la de ella
tan vivo sobre el vértice de musgo
tan hallado en la espera
que después del amor salió a la noche
sin luna y no importaba
sin gente y no importaba
sin dios y no importaba
a desmontar la anécdota
a componer la euforia
a recoger su parte del botín

mas su mitad de amor
se negó a ser mitad
y de pronto él sintió
que sin ella sus brazos estaban tan vacíos
que sin ella sus ojos no tenían qué mirar
que sin ella su cuerpo de ningún modo era
la otra copa del brindis

y de nuevo se dijo
qué sencillo
pero ahora
lamentó que el futuro fuera oscura maleza

sólo entonces pensó en ella
eligiéndola
y sin dolor sin desesperaciones
sin angustia y sin miedo
dócilmente empezó
como otras noches
a necesitarla.

M. Benedetti