no es del tamaño
que pensaste.
Como tú
comprenderás dejé de soñar
para cuidarme.
Debo decir que todo
va bien
que no cambié tanto
al irte,
que son pocas las
diferencias,
que acá la vida
sigue girando igual,
sin mayores
consecuencias.
No hay nada nuevo,
sigo cuidando las
mismas cosas:
poca sal a la
comida,
no subir los codos
en la mesa,
la misma precaución
al cruzar la calle,
limpiarme la tinta
de las manos,
ser menos vicioso y
más inteligente.
A veces se me hace
tarde para todo,
aún leo de noche y me
acuesto temprano,
no me gusta cuando
no dan el paso, no conduzco, maldigo.
Soy digamos, el
mismo cretino con la gente.
En pocas palabras
nada cambió,
hago lo mismo que
cuando estabas aquí...
solo que ahora sin
alma;
muerto por dentro,
fantasma.
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