Me atiborro de su imagen delicada,
pequeña,
dormida casi siempre para así mirarla más
sin que sus ojos abiertos me derritan.
Y en el borde de aquellos vidrios que rompen paredes,
me descanso,
gárgola trémula,
para ser parte de algún sueño exquisito
Y en el borde de aquellos vidrios que rompen paredes,
me descanso,
gárgola trémula,
para ser parte de algún sueño exquisito
que se le escape por la frente.
Y tanto la miro,
que no logro hallarme en sus imaginaciones,
ni tantito,
aunque haya noches,
en que insista en llevar pinceles para arrojárselos
Y tanto la miro,
que no logro hallarme en sus imaginaciones,
ni tantito,
aunque haya noches,
en que insista en llevar pinceles para arrojárselos
a ver si pinta algo color a mí.
Pero nada.
Soy recuerdo,
en hojas blancas y letras torpes.
Soy memoria,
en montañas y mares,
tan lejos,
como su amor por mí.
Pero nada.
Soy recuerdo,
en hojas blancas y letras torpes.
Soy memoria,
en montañas y mares,
tan lejos,
como su amor por mí.
¿te imaginas volver a intentarlo, y que esta vez salga bien?
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