lunes, marzo 30

Pretensiones arteras

Todo lo que pretendo, a veces, es ponerle mi mundo a sus pies. Pero últimamente hay una especie de tormenta que se nos aparece cuando más reina la calma, esparce su viento por todos lados y aún con las ventanas arriba suele despeinarnos el alma y nuestro andar. Todo lo que se me ocurre, a veces, es crucificarla en mis besos y esperar tres días a que despierte enamorada de mí, mirarla mientras le flotan los sueños por su sonrisa de azul, soñando verde, mirando marrón; todo lo que pretendo, a veces, es matarla a sonrisas, a cariños sin piedad, a certeros abrazos por la espalda, a miradas lejanas de mi cursi amor; todo lo que pretendo, a veces, es estar cerquita de sus ojos y que me miren, cerquita de su voz y suspirar, cerquita de su alma, y cuando la sepa lejana, volverla a enamorar.


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