miércoles, abril 8

Nunca

Nunca quise olvidar, en serio, simplemente quise dejar de sentir, dejar aquellas sensaciones que me vaciaban los ojos de tu imagen y quedarme con la foto de tu cara mirando lejos un espejo de ti, tu piel lejana y tu cabello terco desparramado por encima de tus ojos de arena, tu boca de cielo y de infierno, terriblemente volátil, como mi imaginación; pero nunca quise olvidar, tan solo, tomé este corazón y lo recosté sobre una hoja blanca, algunos giros lograron el efecto deseado, quedó envuelto en mis letras, y lo arrojé al frío de la luna. Luego desperté soñando que había visto a una sirena sentada a un metro de mí en un sillón café con vista a cierto jardín de sol. Y luego dormí, para ya no despertar.

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