viernes, agosto 3

ViaJando

Yo que casi no sé desvariar, no en el sentido estricto de la palabra. Por ejemplo estas letras sin pasar por el revisor automático, la trova que suena otra vez en la radio y las pocas ventanas virtuales que aún acuden a mi sonando en el celular justo por debajo del dragón que me sigue con la mirada. Hay pocas ganas para hablar de lo mismo, o de nada, digo, da igual, epidemias de muertos revividos o la peor, esta de los vivos muertos dirigidos por las calles caminando unos detrás de otros para sentir que caben en el orden que nos da "chance" de coexistir, y a mi que se me fueron los renglones y las letras contigo, las pausas y los arrebatos de creatividad en el beso prohibido justo antes de que cierre la puerta y yo de marcha atrás a esconderme en mis montañas y en el bosque, todo otra vez hacia donde mismo, a este calor incesante, a desvariar, para variar, sobre lo mismo, que es nada y lo es todo, digo yo.

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