domingo, noviembre 22

Fuerza Luna

Yo entiendo, a sabiendas que las peripecias de la luna por no caerse del cielo son cosas de todos los días, que igual seguirá tambaleando sin dormirse en sus laureles para nunca llegarse a caer. Ya bien sabemos lo que pasa cuando una luna se queda dormida. Y es que no es para menos, anoche me despertó el estruendo de la luna que despertó asustadísima por haber tenido una de esas sensaciones de caída repentina que los humanos solemos experimentar, y ahí estaba ella, quieta y solemne, meciéndose los cabellos y dándome la espalda a través de la ventana; yo soñé que ya no soñaba, que era viernes otra vez y estabas aquí de regreso, pero mira, entre la luna que creyó que por fin se caía y yo que desperté soñando que despertaba, ya no pude volver a dormir.

Y heme aquí, con los brazos extendidos, por si a la luna de plano se le rompe el hilo que la sostiene en el cielo desde ayer.

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