¿Dónde estás Luna?
Ven aquí y no digas nada.
Sería muy simple amor, te quitas el cielo, quemamos los papeles que te atan al sol, le tapamos la boca a la luna, nos escondemos de las estrellas y nos escapamos al mar; y ahí, entre caracoles y atrapasueños tejidos de tu pelo, nos volvemos dioses, y que el mundo siga dando vueltas escalera abajo, que siga cayendo la fe.
Ven aquí y no digas nada.
Sería muy simple amor, te quitas el cielo, quemamos los papeles que te atan al sol, le tapamos la boca a la luna, nos escondemos de las estrellas y nos escapamos al mar; y ahí, entre caracoles y atrapasueños tejidos de tu pelo, nos volvemos dioses, y que el mundo siga dando vueltas escalera abajo, que siga cayendo la fe.
Ya
no solo distancia, ahora hay silencio entre los dos. Y ahí estamos,
como espejos inertes, las manos colgando y los ojos largos, mirándonos
desde nuestros miedos, desde mi esperanza, desde el andén donde te
espero, hablándonos en silencio y a gritos de nada. ¿Qué hago con todo
esto pequeña? Se lo vendo a la primer nube que quiera pasar, al
primer río que me moje las piernas, a la primer llovizna que venga y me
haga nudo los brazos, y me quede tiritando, sin nada que dar, sin nada
para soñar.