sábado, abril 20

Verte Sonreír


Cuando me pongo a escribirte casi nunca soy yo. Los dedos se bailan desnudos y se pintan la cara en colores que no siempre entiendo, golpetean el teclado y pegan gritos y estornudos a cada letra que se les cae. Los miro como de reojo me quieren sorprender espiándolos pero casi nunca lo logran, se secretean pero siempre olvidan al meñique que sigue ensimismado en alguna creación. Casi siempre el resultado es desastroso, los conmino a borrar pero prefieren decirle al viento que se lleve ya las cartas que escriben, no es tan sencillo colgarse del viento y huír, aunque los dedos, cosquilleando y con sonrisa maliciosa, sigan ansiosos por escribirte, de nuevo, lo linda que te ves leyendo esto, y sonriendo, tan lejos de mi.

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