miércoles, abril 25

Elephant

El viento no juzga a la noche, ni la noche se viste de azul por vanidad, 
a la orilla de amaneceres te he encontrado, cayendo entre mis brazos con tu pelo flotando al sol, al primer sol, el que pega de frente y te grita en la cara realidad. 

Entre ruidosas y argüenderas mañanas despertamos, 
buscando néctar entre generaciones enteras de besos perdidos, 
reptando sudores y arañando las pieles secas de la mañana, los alientos de batalla ganada (o perdida) de la noche anterior. 

Al borde del laberinto de tu pelo me encontré una mariposa de oro, 
que volaba y se perdía en un bosque oscuro buscando al mago que le devuelva su luz, 
que le devuelva su alma perdida en el aroma de ti. 

Vaya manera de caer, de perderse en la noche, 
dibujando sutilmente tu cara con pequeños trozos de crayones de color. 
dejando olores eternos, ecos silentes, risas sin forma ni fin.

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