jueves, marzo 22

Pintemos manzanas


Es siempre una experiencia traumática, causarse a uno mismo semejante daño, rajarse la mano por culpa de un cuchillo resbaloso es cuestión de todos los días, a cualquier momento, y podría ocurrir incluso cuando menos lo esperemos, porque hay cuchillos bastante vivos que saltan de repente en los cajones, entonces, lo abres, y el cuchillo, que llevaba media hora pegado a la base, con los ojos entreabiertos y las manos listas, salta fuerte y con un buen impulso puede llegar hasta la garganta. Se sabe de casos de ojos cortados o patillas mal rasuradas por uno de estos ataques.

El año pasado, el congreso emitió una ley que puede llevar de 4 a 5 años de encarcelamiento a cualquier cuchillo que sea sorprendido intentando cortar a su dueño, peor aún, si el cuchillo en cuestión ha actuado de forma tajante, y en efecto, ha logrado cortar a su pobre dueño, se le podría enjuiciar inmediatamente y llevarle a que se le remueva el mango, y se le someta a pasar el resto de sus días en un cajón de máxima seguridad.

Se supo el caso de un individuo que atacó a un cuchillo pues sospechaba de cierta premeditación para ser él mismo atacado (la alevosía y la ventaja no estaban en cuestión), el hombre arremetió contra el utensilio de cocina y sostuvieron una épica pelea ante la mirada atónita de los demás artefactos espectadores. El juez decidió que el cuchillo ni tenía ningún tipo de plan y fue puesto en libertad condicional, se le vió por última vez en un restaurante de lujo, cortando postres a discreción. En cuanto al sujeto que lo atacó, se sabe es el autor de una serie de libros que intentan alertar a la humanidad sobre una posible rebelión de los afilados.

La mayoría de los cuchillos siguen viviendo en paz, en sus cajones o en esos artilugios que les permiten acomodarse boca abajo y con el mango listo para ser usados, paraditos, limpiecitos, filositos, pero resbalosos, y combinados con agua y trastes sucios, un peligro potencial para los pobres e inocentes dedos, sobre todo, si se usa jabón o algún tipo de gel para lavar.

Se sabe que el gobierno estudia la posibilidad de retirar del mercado cualquier tipo de cuchillos de acero, y reemplazarlos por esos nuevos cuchillos láser de los que tanto se habla, que al mínimo contacto con la piel humana, se desactivan sin causar daño alguno, lo malo, ha sido que las pruebas realizadas en políticos, gobernantes y policías judiciales, dieron por resultado que la piel y sangre frías, no lograban desactivar el cuchillo láser, y se ha tenido que retirar a los desmembrados y mancos de sus empleos y trabajos oficiales, esto presenta un grave problema, pues tanto el sindicato de gobernantes corruptos, como el sindicato de cuchillos, se han puesto de acuerdo para mantenerlos en función, en el mercado, y en nuestros cajones.

La polémica seguirá ocupando las primeras planas, se teme mucho de una huelga de cuchillos, y sabemos el caos que esto causaría en nuestra sociedad, sin embargo, el plantón y huelga de hambre de los escritores, poetas, fotógrafos y asesinos a sueldo, que han sido cortados en algún dedo, por alguno que otro cuchillo, sigue en pie fuera del palacio de gobierno, y no se ve una pronta solución, los afectados piden el destierro de los filosos atacantes, pero el gobierno, oídos sordos, dice que simplemente hay que tener cuidado, y cada vez que lavemos los trastes, prestarle menos atención al peligro de rebanarse un cartílago, y llevar las cosas en paz con aquellos que ponen pedazos de carne en nuestra boca.

(la fuerza de la peqeña babau es lo qe necesitaba)

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