viernes, marzo 23

en Vano


Ansío demasiado lo que no tengo,
burlo un poco a mi mente y doy un paso atrás,
pero siempre despierto, con las manos vacías, envidiando, anhelando, aun sintiendo,
y maldigo a los sueños cuando se repiten,
le tapo la vida a los bostezos, pero la piel me sigue temblando,
los ojos siguen llorando, las piernas dobladas,
y los besos que se quedan en el sueño, irreales, atrapados,
y yo que despierto ansiando lo que no tengo, lo que tuve en un sueño,
luego me pongo los zapatos y pienso que no debería ansiar de más,
pero paso la lengua por los labios y todavía saben a su boca,
y todavía siento su mano en mi cara,
no me queda otra, envidio al sujeto del sueño,
al que soy yo, pero en otro mundo,
donde besos y abrazos son cosas sencillas,
y no letras regadas en una bitácora, que no existen, que no son.

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