domingo, febrero 28

Somos

De repente somos todos lo mismo. La arena en el desierto, caliente, quemante, delirante, madre de los oasis, palmeras y vida. Y luego somos todos el mar, queriendo llegar a la playa con su arena blanca, lisa, extendiéndose jodida hacia la orilla de la cama, cerquita de los peces de colores, y de repente somos la tosca arena con piedras de alguna playa poco conocida, un poco lejos de los barcos de pescadores, más allá, donde surfean, donde no se puede nadar, donde el mar se eleva para rozar el cielo, como nosotros, que somos.

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