jueves, julio 23

Revolución

Estas manos tienen días que no saben obedecer. Escriben o rescatan letras perdidas por todo el teclado, en las pequeñas barrancas entre cada tecla y haciendo tremenda alharaca, preparan el plan para volver a escribir que pienso en ti. Hoy, de la nada, indagaron el camino hasta un par de letras que pretendían ser tu nombre. Tuve que amordazarlas y ponerle fin a su deseo, pero mis labios, sonriendo, lo dijeron en voz bajita, y yo, sorprendido, entendí que este motín para quererte empieza a sobrepasar mis ideas y se ha esparcido como idea revolucionaria por mi cuerpo. Cuando tus labios iniciaron la revuelta que llevaría a mis ojos a enamorarse de ti, nunca me imaginé ser el primero en quererla ganar (y el primero en quererla perder), hasta hoy que sorprendí a mis ojos leyendo lo que quieren, a mis manos escribiendo lo que pienso, a mi boca ansiando lo que sueño, a mi brazo renegando por la falta de tu mano caminando juntos por las calles de camino a tu hogar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario