lunes, julio 6

De siempre (01:35 AM)

Es que le dan miedo los abrazos virtuales, y las frutas bailarinas que hacen muecas queriendo caer bien, eufóricas, irreales pero que igual se asoman a saludar. Y yo cansándome la espalda dibujando letras, imaginándonos en esas calles donde el sonido de tu risa le daba una luz especial a la noche, ahí quisiera perderme para siempre, con el brazo colgado de tu cintura y los ojos volviéndose locos de atar, de tanto mirar, remirar, rebuscar y revoltear hacia ti, y luego al cielo, y luego a las nubes, y luego a las calles y nuestras largas caminatas. Y es que del otro lado de la ventana, los dibujillos virtuales asustan a mi luz, y yo pensando en mirarla de reojo, y lo único que encuentro, por ahora, es su ventana abierta pero callada, frutas que envidio para morir igual, en unos minutos, en sus labios, un lápiz negro colgando del cielo con un cordón, unos lentes atentos para encontrarla en mis sueños y una caja azul sin sentido, llena de polvo y cachivaches olvidados por estas manos, dedicadas, al momento, a viajar al lugar de siempre, allá lejos, aquí cerca, sintiéndola, extrañándola, dibujándola a besos virtuales, para nunca olvidar.

¿Vamos a caminar?
Quiero jugar a ser sol…

(Fin de la Cuarenta,)

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