martes, diciembre 31

Fin de Año


Es interminable, así que mejor no empiezo, así no me quiebro la cabeza ni pierdo más la idea intentando acabar. ¿Qué? Me refiero a resumir el año en letras, no tengo tal capacidad, está jodido por no decir que está difícil, porque además de ser uno de esos años que se van hechos la cochinilla, este ha resultado ser bastante antojadizo y caprichoso, con mareas cambiantes y Lunas esmerándose en asomarse distinto cada noche, y los soles, para no quedarse atrás, alumbraron mucho y fueron días largos y rojos, tardes secas y frías y violentas y de risas, y noches brillosas y apabullantes y de feria y sudores hasta el amanecer. El 2020 se asoma ataviado de colores, yo nomás quise asomarme a brindar por más risas, por más quejidos, por más lágrimas, que de esto es que está hecho el paraíso, y hay que aprovechar que la función ha decidido continuar, con nosotros a bordo, con todos ustedes y yo, de polizontes en el barquito de papel (en plena tormenta) del bufón. Gracias a tod@s los ojos y voces que llegan aquí, que llegan a mi, que son, y que me hacen ser; van mil abrazos, colmados de sueños, y paz.

Sin pretender vivir para siempre, aunque los amigos,
lo hacen sentir a uno que así será.


Otro año rodeado de ángeles, de sus risas,
sus alas, su afán de volar.


Es por esos momento que no me vuelvo loco,
bueno, no me vuelvo un poco (loco) más.


De esto se trataba al fin y al cabo,
todos, ahí, juntos, cobijados por la música, nomás.


¿Ya ves como si aguantamos el paso de la tormenta?
Vamos por más, supongo, si, pues que más da...


Tanto pasamos el año añorando años mejores,
que quise querer dejar esto por acá, para no olvidar
que si sabemos reír.


Jodidos locos, carajo, es por ustedes,
para ustedes, y mira lo que trajo la marea,
mira lo que trajo la mañana al despertar...


Más diferentes no se puede ser, y sin embargo,
como dejar de coincidir en cagarnos de la risa cada día más.


Tienes toda la razón. No iba solo.


Me sorprenden las ganas de seguir, de veras,
con este capricho, pero mírame, con la camisa puesta, y ya.


De reversa, 3 ángeles y 2 demonios
(a ver quien adivina cual es cual)


Me encanta quererlos y vivirme con ellos,
me encanta saberme de ellos también.


Una caminata vagabunda ahí donde todo comenzó,
aunque las jardineras distintas y las ausencias largas,
pero todo sigue casi igual.

Se trata de mirarse a su espejo,
de caerse juntos rápido a donde mismo,
de reírse de nosotros, de reírse y reírse otra vez.


Sin mi elegancia, este mundo sería un poco
más aburrido creo yo, pero eso si, los mocos rosas
resaltarían menos en las fotos.

Si, vamos por más fotos de pies de amigos.

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