Este fue un largo fin de semana, festejando con el viento al lado, y con la música llenando los oídos a cada momento, algunos reencuentros, algunas nostalgias y una que otra sonrisa amarga. A fin de cuentas todo salió bien, mejor de lo que se esperaba.
Ahora si me he puesto a actualizar el blog y corregir algunas cosas, lunes de madrugada, pero aún queda tiempo para juguetear con la virtualidad, la semana será difícil, de tormentas, o quien sabe, quizá cambie el rumbo de esas nubes, como sea, voy de frente, a dar la cara a la lluvia... y por primera vez, me agrada.
Ver su sonrisa siempre valdrá la pena... lo demás... es lo de menos.
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