sábado, octubre 5

Desahogo

Ahora solo sonrío cuando alguien me dice tu nombre 

A veces el escribir mata, 
los versos se escurren en lágrimas 
y caen al blanco de la nada,
a veces te sientes vacío como esa nada,
y solo el escribir,
y solo el morir,
te salvan de no caer.

Esta es una noche de esas,
aferrado a las letras,
rasguñando acentos me sostengo de mis ansias,
y es que a veces uno se alimenta de puras ganas,
de vocales mal planeadas,
de ser noche un tanto torpe,
y aferrarse a morir para no volver a caer.

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