Esta
es una noche perfecta, pocas nubes, cielo azul obscuro, pocas estrellas y la luna comiéndose todo con su luz, es nochebuena, mañana
navidad, no creo que todas las religiones festejen igual, ¿o si?.
Había
prometido escribir algo alusivo al día, pero aunque con tiempo libre, me la he pasado haciendo cosas que me han movido todo el día de casa y nada que lo
escribo, pero bueno, trataré de recordar lo que ha sido el año que se
va...
Para
empezar, este es otro año de esos que dan la sensación de durar 3
meses, cuando te das cuenta, ya se está acabando y te preguntas que
diablos hiciste por 365 días, además de nada... es increíble, pero el
año se fue y uno sigue igual, con las mismas luchas, los mismo traumas y
las mismas maneras de ser.
Este año algunas letras y muchas respiraciones, todo este remolino de sentimientos y ataduras sentimentales, ilusiones, hechos, noches, saltos, torcidas, patadas, sustos, orgullos, relajos, malviajes, enamoramientos, necedades, apagones, salpicones, remojones, desenamoramientos, caídas, altibajos, risas, lágrimas, pastillas, resbalones, olores y dolores de cabeza, todo en la licuadora del año que tira como resultado una masa extraña, con sus matices y sus tonos y sus notas particulares, con las manos llenas y la boca no hastiada para seguir regalando letras a las musa que colman mis noches de sueños, una en particular que la saboreo solo en mi mundito, alimentando mi alma con su risa y su olor, vale la pena nomás mirarla, me lo digo diario, y me lo repito cuando me enojo y cuando me largo y cuando nos largamos y cuando nos hastiamos y cuando nos quedamos callados tanto tiempo, con nuestra música compartida de fondo, nada que decir, más que como bien escribiera en el viento: nuestras soledades se siguen acompañando...
Este año algunas letras y muchas respiraciones, todo este remolino de sentimientos y ataduras sentimentales, ilusiones, hechos, noches, saltos, torcidas, patadas, sustos, orgullos, relajos, malviajes, enamoramientos, necedades, apagones, salpicones, remojones, desenamoramientos, caídas, altibajos, risas, lágrimas, pastillas, resbalones, olores y dolores de cabeza, todo en la licuadora del año que tira como resultado una masa extraña, con sus matices y sus tonos y sus notas particulares, con las manos llenas y la boca no hastiada para seguir regalando letras a las musa que colman mis noches de sueños, una en particular que la saboreo solo en mi mundito, alimentando mi alma con su risa y su olor, vale la pena nomás mirarla, me lo digo diario, y me lo repito cuando me enojo y cuando me largo y cuando nos largamos y cuando nos hastiamos y cuando nos quedamos callados tanto tiempo, con nuestra música compartida de fondo, nada que decir, más que como bien escribiera en el viento: nuestras soledades se siguen acompañando...
Extraño
a mi hermano, lo extraño mucho lo extraño, pero cuando viene en sueños,
no me canso de reír, como antes, y de decirle que un día estaremos
juntos, para que me siga platicando las mismas historias que me contaba
de niño, y que hoy tanto extraño oír. Mi madre sigue con sus ojos
tristes, pero con tanta risa que nos basta para todo el día, y regresar
de noche y hacerla enojar otra vez diciéndole "viejita", con el alma
apretujada por no poderla querer más, por que se merece este amor, y
más, el doble, el triple, y seguir pagándole eternamente todo el que
ella nos ha logrado dar.
Ni
hablar del lado económico, no es mi fuerte, siempre he sido mal
organizado y derrochador, siempre, y este año no ha sido la excepción,
pero vaya, el año cerró bien, y creo que empezará mejor, los pies no se
han cansado y los ojos piden a gritos crear más, quiero aprovechar el
ritmo, y seguir; alguien me dijo que no soy suficientemente ambicioso,
pero creo que al contrario, sé justo lo que quiero, y sé justo lo que
voy a lograr...
Si, ya sé que de repente mis letras se pierden en casualidades sin sentido, "givemeabreak", solo intento tomar un poco de aire.
Ayayay,
los amigos... este es el discurso que debí haber dado el sábado pasado,
pero sin presión, y con más lágrimas, me permito escribirlo hoy.
Bueno,
nunca ha sido mi fuerte hablar, las letras y los libros son mi escape
para decir todo lo que me callo detrás de mis nervios, y de una vez pido
disculpas si digo alguna estupidez...
Creo
que con el paso de los últimos dos años, nos hemos dado cuenta por fin,
lo difícil que resulta a veces alimentar las amistades, no hay ruta
fácil, no hay guía práctica ni hay sección de preguntas frecuentes a la
cual acudir cuando hemos tenido un par de amistades en el bote de la
basura. Es una labor seria y una labor de siempre, que, tratándose de
algo tan sencillo, tan puro, tan real como la amistad, pues no debería
costar trabajo, pero vaya que lo cuesta, empeño, ganas, risas, noches y
abrazos cuando alguien más necesita un hombro para llorar o una mano
para salir adelante, carajo, que difícil caminar y subir estas
escaleras, que difícil es imaginarse esta noche sin la cara de mis
amigos, yo tengo una gran fortuna, y es la de poder sacarme el alma,
ponerla en una bolsita de plástico, y tener la confianza de encargársela
a cualquier de mis amigos, y sé que ya sea en una moto Harley, en un
perro que se asusta con las vacas, en un auto pedero que se pelea en la
calle, en una casa de colores, en un aliento a mariguana, en unas manos
pequeñas, en el pecho de cualquiera de mis amigos, en el pelo o en la
espalda de quien sea, esta alma sucia y cansada estará como en casa,
segura, tranquila, y con una cerveza en la mano, soñando en paz.
Mi
único deseo, es que la vida y nuestros caminos sigan cruzándose tanto
como hasta hoy, sé que algunos menos, algunos más, pero sé por seguro,
que el mío es un caminito que nunca se cansa de las pisadas y del andar
de aquellos que me prestan sus ojos, sus manos y sus abrazos, para
poderles decir "amigos".
Y
bueno, ya se va el año, el sentimentalismo es lo normal, hoy que traigo
aliento a cerveza, y los dedos con sabor a chocolate, quiero desearte a ti
que lees lo mejor de la vida, lo mejor para el año que viene y la salud
que a todos nos hace falta.
Gracias por rondar estas letras, gracias por prestar los ojos un rato.