sábado, diciembre 1

DeLorean

Lo que no entienden, quizá, es que para mí solo ha pasado un segundo, un minuto, un día, según el caso... y los reencuentros son raros por lo mismo, acabo de bajarme de la máquina del tiempo y el mundo ha estado girando como loco mientras yo atravieso umbrales de espacio y vidas en cuestión de pocos pasos de las manecillas del reloj. Leo la bitácora de viaje y me esfuerzo en separar los hechos de la realidad, del pasado que ya no es y de las luces que se asoman dando vuelta a la esquina. La máquina se detiene frente al mar, y es inmenso, azul, y deletrea en las esquirlas de sus olas: e t e r n o .
Creo que el viaje ha valido la pena... aún no hay destino, pero pongo los pies en la arena y me refresca, valdría la pena caminar.