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Voy a escribir que me siento triste: T R I S T E

Traigo los ojos aluzados por tanto coche con luces fuertes que he visto hoy, y los dejé bien abiertos para que el llorar borrara tu imagen de cuando te sientas con el pelo suelto, la risa a tope y los pechos libres mirando lejos, y entre el pantalón y lo que te tapa se asome una piel color espuma, color estrella de mar, asomada y azorada se queda ahí un buen rato, hasta que de un jalón tremendo tus dedos tapan todo, y se apresuran a esconderse detrás de tu no eterno, de tu jamás que tanto asusta.

Voy a escribir que me siento resbaladizo: R E S B A L A D I Z O

De las pestañas se me escurren ganas y por la espalda, como jabón recién alborotado por una cascada azul, los sueños huyen directo a la coladera que con la boca abierta y los dientes filosos los espera hambrienta; por el pelo y en la nuca se va cayendo la fé, arrastrando con las uñas las últimas esperanzas que se escondían ganosas de ser en mi sudor, pero caen todas atarantadas y se resbalan sobre el hielo de una mirada que les hace ojo, humilladas y esquivando limpias, habrán de seguir resbalando, tropezando, cayendo.

Voy a escribir que me siento cansado: C A N S A D O

Me asomo a los pies quejosos y la espalda les grita que no paren, aunque la cintura ansiosa de tus piernas se ha empezado a amotinar y obliga al sexo a seguir recordando movimientos de antiguos visitantes a estos desiertos, las manos son tercas y a veces suspiran recordando humedades de ayer, de día y noche y a veces sin parar, mares que fuimos y tormentas que llenaron de lluvia a las rodillas un tanto raspadas, pero firmes y peligrosas, siempre se ponen de acuerdo para agarrarse en filita india y recordar los cosquilleos, como ebrios compartiendo toques en alguna cantina perdida en tu piel.

Voy a escribir que quiero dormir: Y Y A N O D E S P E R T A R