lunes, diciembre 18

Lunes

No es tan justo para los lunes regalarles letras un tanto desquiciadas, aunque, a fin de cuentas, un lunes por las calles de la ciudad, debajo de la luna, del smog, en una mañana de café y filosofía, sea por si misma una desquiciada rutina que ya quisiera tener para todos los días, aunque igual, siendo lunes, siempre me faltarías tú. Me estuve paseando con los ojos por esas calles marrones y extrañas, con la música en los oídos y tu nombre en la piel, y decidí venir en lunes a dejar las letras que me hacen falta, las que me formen un beso en la frente, un sueño en la espalda, un golpe en las piernas, una venida al cielo como mi despertar de aquella misma mañana, y así, rodando ciudad abajo, hasta las nubes de la mía, caerme despacio, sabiendo que ya no hay ojos por encima de mí, aunque quizá si pisándome los talones, que más da, es una de esas semanas letrosas donde las manos deciden empezar a escribir solas esta y otras historias, una maraña más de letras, de brillos hechos palabras, de mis ganas, de mis pasos dibujados hoy, desde donde te extraño, desde donde miro el camino dejado atrás y extraño, también, los sueños que irían a borrarlo hacia adelante.

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