miércoles, noviembre 15

Desvariando

Cuando yo me muera cúlpese a todo el mundo, hágame el favor señor juez de armar un tremendo problema, póngase bravo y afile el colmillo, que todos salgan responsables. Embargue los bancos, las residencias que paguen y que no se hagan locos; señor juez que indemnicen a mi cadáver que le paguen horas extras a las lombrices, que nadie se escape, que a todos metan al calabozo o al paredón jodan a su madre pero que cada uno de los vivos se muera conmigo; usted mismo electrocútese o péguele un brinco en la hoguera, que mis padres vayan a juicio por dejarme morir, que a mi hermano le den 8mil años de cárcel por hacerles tanta falta, que se rompan todos los focos de esta ciudad, que se vacíen las cervezas en las coladeras, que un ejercito de ratas siga mi cortejo fúnebre y que en mi entierro también ellas se hundan, que el Papa se calle la boca, que me saquen los dos ojos y que en los agujeros metan los huevos de mi peor enemigo, que me ordenen una ultima merienda que me pongan la lengua de Fito en la boca. 

Señor juez... señor juez o quien sea que quede vivo cuando yo me muera, muérase conmigo no sea marica. Señor juez o señor de la basura o barrendero o quien encuentre mi cuerpo, no me deje aquí, no pegue carrera y siéntese un ratito, sacúdame la tierra, le contare un cuento un chiste o dormiría en la oficina si pudiera; se dio cuenta como la muerte lo hace humilde a uno, le baja los humos lo convierte en lobo, le arranca los dientes por eso no se vaya, sino se muere el mundo no importa, es únicamente que de pronto me sentí muy solo.

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