lunes, noviembre 6

Cualquier día

Cualquier día de estos caeré espalda al suelo, muerto, con el corazón hecho pedacitos, pedacitos azules que, alegres, saltarán lejos de mi tristeza para irse a vivir a algún parque, hacerse un tatuaje, bailar chachachá y aprender a manejar motocicletas. Mis manos se arrancarán a rasguños de mi cuerpo para irse a escalar por la calle, apretar manos y pondrán alguna tienda de masajes de pies. Mis ojos, arrastrando un par de sueños, viajarán en primera clase para recorrer el mundo, las pirámides primero y luego los museos de Europa, quizá, con la vaga idea de hacerse bizcos de tanto andar juntos y viendo para todos lados, ya viejos, se irán a Cusco para construirse una pequeña choza en Machupichu, y vivir ahí hasta que se les acabe la luz. Me preocupan mis pies, ¿A dónde irán?, a alguna playa me temo, a dormir frescos a orilla del mar, sintiendo las olas y la arena, caminando de madrugada, andando, corriendo sin cansancio. De mi boca no sé, le deseo huya a algún país donde besarse sea como respirar, donde sea esclava de una princesa que la quiera solo para ella, y que le enseñe de lenguas y mordidas en ese labio sabor a mandarina, y bese más de lo que juntos podríamos llegar a besar. Lo demás de mi quedará tendido, sin sed, sin ojos, sin manos, sin pies y sin corazón, nomás sintiendo el sol o el frío, hasta que alguien pase y me eche en un costal, o me haga a un lado, para que no estorbe a la gente al caminar, a lo mejor un día, si se aburren, los ojos regresen, y si se cansan, los pies caminen para acá, y si se cansa, la boca venga a reclamar su lugar, y si se entumen, las manos busquen refugio en lo que quede de mis brazos.

¿No sería curioso? Que incluso los pedacitos de corazón regresaran un día, tatuados, más bailados y más rudos de tanto vivir, y agarren forma en mi pecho, se acurruquen, y con un estornudo fuerte despierten este cuerpo, latiendo, pumpum, pumpum, luego, con un escalofrío me regrese la vida, las ganas, y de repente, sea una figura en la calle que se levanta, como quien acaba de nacer, y quiere irse a navegar.

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