Abriría las alas y saltaría por ti ahora mismo, dijiste, luego las guardaste debajo del abrigo y te fuiste a los barrios bajos a asustar gente con tu astucia; sorprendidos los ojos que miraban cuando abrías camino y enseñabas lo que realmente había debajo. Yo nunca lo vi, hasta el día que te fuiste lejos de mí.
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