sábado, junio 29

La Cuestión


Dicen que la vida ocurre como un chorro de agua, de una llave sin fuente que todo lo da, te escurres por el mundo y vas por donde te lleve la corriente, aunque ocurre que el agua es caprichoso como uno mismo y nos desviamos por donde nos dicta la otra parte del cuerpo, el alma, o el corazón. Me dice un amigo que él cree firmemente que el amor no se siente en el pecho, así como románticamente se cree, más bien opina que el amor existe dentro de alguna pequeña cavidad en el estómago, y debe serlo, porque cuando vez a quien te gusta sientes cosquillitas, ¿dónde?, en la panza, cuando estás triste, te doblas como letra C y así arqueado vas por la vida con el estómago y el amor dolidos.

El día jueves desperté con un dolorcillo en la panza, o en algún lado de la panza chelera, y me extrañó esa punzada pero como siempre suele suceder, seguí como si nada, ya de noche, volví a sentirlo y el viernes me recordó que seguía ahí convirtiéndome en feto de 33 años a la orilla de mi cama, y ahí se quedó casi todo el fin de semana. Hoy domingo mejoró pero dicen los doctores que no es mi adiós mundo cruel ni mi hasta luego vida bonita, es más bien la serie de transtornos alimenticios que me agradan y que empiezan a hacer estragos.

¿No será que me duele de tanto amor doctor? ¡Uy joven!, no, el amor se siente más arriba, mira, tosa, ¡coff coff!, no sentí nada, - ni yo, dijo el doc, usted trae el amor por todos lados. Salí de ahí pensando que imaginé el último comentario del hombre de la bata blanca y llegué a mi casa a anunciar que aún no muero, y que necesito más música antes de ser agua que se escurre, prefiero ser agua pero que sube lento por unas piernas, o ronda una espalda o repta un cuello sabor sudor, eso me agrada más. Por lo pronto, entonces, hay que sustituír cerveza por wisky, bocaditos por comida, frituras por ensalada y gaseosas por agua del mejor sabor, me pregunto si en internet no venderán alguna especie de estómagos o tripas de juguete para poder comer lo que sea y andar llenándome la boca de lo que tenga a mi alcance; no, no se malentienda, no soy el clásico comilón, eso lo dejo a otros, pero ahora, no todo lo que se antoje, podrá morir plácidamente con mis ácidos.

Me quedo con la duda del asunto este en la panza, transtorno o amor, uy, ambas cosas, si el amor no fuera un transtorno entonces lo buscaríamos más, pero es cierto, aunque lo busques, no llega, nomás de repente, alguien te lo contagia, y nada puedes hacer, ni ir al doctor te salva de los dolorcillos que recorren tripa, panza y corazón, entonces, no queda más que aprender a tomarse las pastillas, y esperar, erguido aún, a que pase el dolor, o mejor, a que el dolor se convierta en una aguda sensación de aún sentirte vivo.


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