jueves, julio 12

De todos los Días

Es de la lluvia el eterno sentir, se cansa de caerse al suelo cada día que los Dioses deciden hacernos resbalar en las escaleras. Si, de momento he reflexionado en el ser o estar de una mañana lluviosa, curiosamente el aire fresco me ha traído un recuerdo de ti, y al salir a la calle a la batalla diaria me encontré con mil hormigas que seguían mi paso, buscaban el camino de la muerte igual que yo, y eran mil y mil más en cada esquina, lo supe cuando di la vuelta bajo el mercado, tomé la extraña escalera a la estupidez y me dejé llevar.
 
El rozar de los codos en el bus se acompaña del trovador que hoy ha decidido unirse a este viaje, canta cuentos urbanos de doncellas que se van y dejan cartas en un tocador, creo que se hace más fácil entenderlo así, directamente sin deambular por el corredor de que habrá sido en realidad, creo que es de la lluvia el eterno sentimiento de culpa de verla caer ¿no crees?, y seguimos apretujando corazones y pechos mientras se nos traslada a un lugar mejor, entre la selva y los gritos de auxilio de los que quieren subir, y los gritos de dolor de los que no nos queda otra opción que bajar. 

Y si no me hago a un lado no habría logrado descender, pero lo hice y ya me encuentro en una banca sin banqueta solo con árboles y pienso que es muy temprano aún para regresar por donde vine, pero quizá fuera una buena idea, quizá podría tomarme de la mano a la primera que pase e invitarle a irse lejos conmigo, quizá sin tomar en cuenta que seamos dos desconocidos, pero ya sabes, es de la luna hacer cosas de locos, dejarse llevar por el hambre y comerse la manzana que ha traído la bruja, siempre y cuando sea roja, suculenta, como la del cuento.

Así tan sencillo no queda otro camino, cuando te das cuenta que tu trabajo es esta colmena que llaman soledad, te alimentas de papeles en blanco con tal de no sentir hambre, quizá eso se refleje en la lluvia que golpea la ventana de tu pequeño mundo, y los reflejos que se asoman y quieren entran son bastante extraños para ti, pues sabes que tienes que seguir hasta el final del día sin sentir amor, tan solo debes seguir y concentrarte en no pisotear hormigas cuando dejes el edificio, recuerda que afuera tus demonios esperan por ti, y es de la luna correr tras de ti y seguirte siempre con la mirada, mientras te hundes en pensamientos frívolos de amores imposibles y eternos, y matas dragones por ella y despiertas al ritmo de una barata canción en el asiento trasero del coche de alguien.

Torpemente llegarás a la banqueta de las hormigas otra vez, y deberás seguir al menos a una para no perderte, al menos una que refleje en si la lluvia y la puedas ver con claridad, recuerda, es de la luna perderse en el mar cada noche, fundirse y esconder la cara al mundo, dormir y no dejarte influenciar por el loco sol que sale con alegría, pero de cualquier forma hay que salir una vez más, ser luna del día y sol de noche, redescubrir el camino que no quieres, que odias, que no es correcto, pero tienes que seguir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario