lunes, abril 26

Imaginarius

Me doy cuenta, que incluso en estos tiempos, hay gente que va por la calle sin imaginar que salta precipicios al bajar de una grada, que la cajera es en realidad un vampiro maquillado para vivir de día, que las maestras en la fila de las empanadas son unas brujas que comen niños en platos dorados, nomás por el puro placer, que los autos son navecitas de colores y que este gran ómnibus se rompe cada noche y al otro día acabamos todos tirados sin poder respirar, luego, despertamos y nos acomodamos los pulmones al nuevo sol; yo no sé por que a veces, cuando camino por la calle, me pienso muy pequeño del tamaño de una hormiga, y me asustan las bolsas de las mujeres y me asusta enamorarme de su olor, pero sigo andando lento viendo que el mundo sigue loco, y que alguna que otra gente todavía imagina ogros dando vuelta por la esquina, o extinguidores del tamaño de la luna que nos apagan el aburrimiento, o duendecillos hechos tinta de colores, o flautistas de pelo largo que nos guían como ratas fuera de estos caminitos, fuera de estas ganas de volverme no sé que.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ja! que bonito esta :P

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