Supe por el diario de una muchedumbre alarmantemente furiosa que andaba por el pueblo con toda la intención de atrapar y ejecutar a cupido. A mi me dio igual, que fue lo más triste del caso, cuando vi que lo colgaban. Y solo podía imaginarme que harían con sus alas los de la morgue. Y con sus flechas. Y con su arco. Y con su larga lista de gente para enamorar.
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