Hay tan pocas cosas con sentido estos días. Quizá, pensándolo bien, deba decir que hay tantas cosas sin sentido en estos días. No tiene sentido esperar. Creo. No tiene sentido el espacio irregular entre mis dos pies cuando camino. El estira y afloja de los mismos pasos, los mismos días, por los mismos lugares. No tiene sentido el dolor. Creo. No tiene sentido la distancia que hay de mi cabeza al borde de mi cama mientras me siento a mirar la tele. No creo. No tiene sentido el ritmo que intento evocar en estas palabras, la suciedad de mis ojos, el grito desesperado en mis libros encarcelados en el cuarto. No tiene sentido, incluso, la fe. Ni los viajes. Ni los roces. Ni una escalera al cielo, extrañado. No tiene sentido tanto para no poderlo compartir. No tiene sentido el tiempo, ni existir. Bueno, quizá exagero, como siempre, existir tiene un tanto, un poco, algo de sentido.
Bolita rosada, tranquila ya veras que pronto todo estará bien "las personas vienen y van los verdaderos amigos se quedan para siempre"