viernes, marzo 22

Como una luna llena

Insistente musa alada,
rondando mis sueños,
con sus lunares formando constelaciones
y las manos tratando de dibujarlas,
vuela ligera por la habitación,
insistente musa,
planeando sobre libros y rozando con las alas las paredes,
me pide que haga caso y voltee a verla,
¿cómo no hacerlo?
si su estela se quema en mis pupilas
y su polvo de hada me provoca estornudos,
que se embarran en la pantalla y se convierten,
entre espasmos,
en letras tontas y mal logradas.

Le echo la culpa a la musa que insiste en acariciar mis manos y con la risa y un beso, pedirme que le escriba, otra vez, una vez más.

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