Dentro
de un año pasaría por delante de ella sin que le diera un vuelco el
corazón. Pero apenas formuló ese pensamiento, sintió la absurdidad de
esa esperanza. Del corazón no se arranca nada, el corazón no es de papel
y, en él, la vida no está escrita con tinta, no se puede romper en
trozos, no se pueden borrar largos años que se han impreso en el
cerebro, en el alma.
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