Desperté el pasado lunes con la clara sensación de
estar en otro cuerpo, en otro universo, y así ha seguido la semana; ha hecho
demasiado calor, se han roto demasiados sueños y algunos miedos han vuelto, sin
embargo, las esperanzas nacientes valen la pena por la espera; ya no soy el
mismo de antes, esta nueva versión de mí mismo me agrada, sobre todo, por la
idea de saberme distinto, incluso para mis inadaptadas maneras de ser.
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