martes, septiembre 7

Hace Tanto

No es que uno se vuelva loco, sin embargo, si existen ratitos en mañanas o tardes o noches donde la conciencia de ser no encuentra cabida alguna en el razonamiento, estar o andar por todos lados con los mismos pensamientos absurdos resulta casi siempre, a la hora de poner la cabeza en la almohada, en lo mismo, nada, cero, una mierda de poca tolerancia a la soledad y al desgano, todo hecho bola por el trajín diario y subir y bajar calles en una ciudadcita como esta, tan sonora, y por lo mismo, tan afín cada rincón a los recuerdos, a las tristezas, al ayer, y al mañana de las mismas manos vacías.
Hace un minuto mi pie se enfrascó en una discusión filosófica con un plástico que servía para no sé que, a pesar de los pendientes y de la mala gana del derecho, el izquierdo quiso entender el ruido del pedazo brilloso en el suelo y se aferraba a descubrir la confabulación del mundo por ponerle trabas mientras intenta andar sin despertar a mis dedos, y todo falla, en instantes, cuando desde el techo se dejan caer hormigas suicidas para atestiguar en primera fila el pisotón al plástico despilfarrado por algún despilfarrador.
Casi me mato de un escalón a otro, son rojos, y mis pies torpes y apesadumbrados como siempre, discutiendo pequeñeces con quien se deje y sin darse cuenta del tropiezo que casi me astilla el alma, otra vez, en mil pedacitos uniformes que habrían salido disparados por entre las cortinas y su poca luz, estoy casi seguro que habría caído de espalda, y sin alma, eso debe doler más, lo siento por los huesos, tronando a medio día y sin saber por qué, la boca llorando sangre ante el instante de ser besada por la sal de una esquina sin piedad, cemento en las venas y cordura de viejo lobo de mar; a fin de cuentas, las manos dormidas asomaron para no dejarme caer, y la cara, cabizbaja, volvió a reírse de mi.
Ellas no dejan saludos, y eso que las recorro con la mirada en recuerdos claros, en noches eternas que solo son para mi, lo entiendo, y no sé desprenderme del aroma de su sexo, de su espalda, del cuello y el sudor y el perfume que se combinan en jadeos, que cuanto se extrañan, vaya si no, ¿te ha pasado?, vienen fotos dando vueltas que te dejan el sabor exacto de un momento preciso, la foto toma vida y te metes en ella para recordar la lluvia de la partida y el dolor de todo a la tarde siguiente de que aquella diosa bajara del olimpo tan solo para hacerte el amor, a nadie más, y tú, humano y perdido, abriste los ojos a sus brillos, a sus pechos que se guardaron en tu boca para soñar, que era tan libre como tú, pero con menos minutos para ser feliz, y con un contrato equivalente al mundo y sus leyes, difícil de romper, fácil de quebrantar, imposible de olvidar.
Será que me duele estar solo en días de pies flotantes, de alfombras mágicas sin nadie para acompañar, la búsqueda la perfección acaba en el viento, pero de ahí, como mundo imaginario, hay que regresar la embarcación y pasar por las tormentas y aferrarse a que los bufones que controlan el camino cobren poco y miren para otro lado para poder pasar, la cadena es densa y mohosa, pero hay que jalar hasta no poder sentir en la espalda el ayer, el anoche de gritos lascivos de ella sin mi, y todo se agita en lago de pintura que atasca las paredes de óleos hechos recuerdos, enmarcados en la misma cantaleta de sentirse frágil, distinto, y tan igual a todos los que almuerzan recuerdos, y ponen debajo del árbol su corazón roto en navidad. Pero los regalos ideales son quimeras, aladas, disfrazadas de grillos conciencia que se largan en tren a olvidarse de tu vacío en casas de opio con ventanas de vidrio donde pueden descansar, y comer pedacitos de luna molida, y drogarse de esquirlas hasta el amanecer.
No es que me vuelva loco, es que siento colgar de un cuento donde el único personaje que no sabe lo que pasa soy yo, me persigue la nada y me escondo del todo para no salir a jugar, para no tener que recordar las tarifas de cielos, ni dormirme ataviado de sol, o despertar siendo libro vacío, con historias en tinta invisible, para ojos ciegos, para oídos tapados, para almas que les valga madre mi estancia bajo su ser, y seguir, ellas, ellos, todos, y yo, cumpliendo la tarea, todo a tiempo, tan solo ser, por absurdo que parezca, solo uno, o una, más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hasta que por fin volvisteeeee XD no podias haberlo hecho un poco mas resumido este post?? ta largo pero igual lo leí(nada kejona yo)

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